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En su visita a Cd. Obregón el candidato de Morena a la gubernatura, Alfonso Durazo, destaca las propuestas de campaña para recuperar, dice, la grandeza de Cajeme:
- Construir la ciudad universitaria local.
- Potenciar el desarrollo del aeropuerto internacional de carga.
- Crear un sistema de transporte urbano moderno con dos líneas que atraviesen la ciudad una de norte a sur y la otra de oriente a poniente, ida y vuelta.
- Impulso al crecimiento de la agroindustria regional.
- Instalar veterinarias públicas para promover la adopción de animales.
Pero en el tema central, el combate a la violencia e inseguridad, la precisión cede paso a las generalizaciones, en lo básico al mismo discurso esgrimido desde la Secretaría de Seguridad Pública federal y a la incertidumbre del público: Si llega a gobernador cuándo y cómo acabará con esta pesadilla que acumula ya miles de muertes en Cajeme durante la última década.
En la otra cara de la realidad, pululan los personajes alrededor del candidato que encabeza las encuestas, cada quien bucar exhibirse como el más cercano a Alfonso; uno quiere ser candidato, otro busca acomodo en el gabinete del próximo gobernador, uno más saluda a la señora de la tercera edad mientras ve de reojo si su amabilidad es registrada por la concurrencia.
Nada nuevo bajo el sol. Así eran las campañas de los candidatos priistas hace seis o más años atrás. Ahora brilla el sol morenista y aunque han cambiado algunos personajes, la parafernalia sigue siendo la misma.
Estamos en campaña.
