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A Marco Antonio Duarte y Miguel Valdez los encarcelaron el 30 de julio sin darles derecho a llevar su juicio en libertad como ordena la ley.
El pretexto para negarles ese derecho fue que ambos "son personas peligrosas", una acusación que no cree nadie que los conozca.
Tras su detención habían sido incomunicados por más de 17 horas, violando sus derechos, falta que fue comprobada por la Fiscalía Especial de Atención a Delitos contra la Libertad de Expresión (Feadle).
Pese a este señalamiento continúan en prisión y no ven cuándo vaya a reiniciarse el proceso que les permita demostrar su inocencia de los delitos que se le imputan en un caso con irregularidades evidentes.
Hoy Marco Antonio Duarte, periodista editor de "Obregón sin censura", cumple cinco días en huelga de hambre para exigir que se revise el caso y se proceda conforme a derecho para darles la oportunidad de llevar el proceso en libertad.
Su hija Yaned informó a los medios de comunicación que la salud de Marco empieza a deteriorarse.
La presión arterial es baja, la visión se torna borrosa y el habla es cansada. Él no es hipertenso ni tiene diabetes, aun así el riesgo es demasiado alto, subraya su hija para que en caso de ocurrirle algo no lo atribuyan a enfermedades previas de Marco. En esta situación sólo consume algo de suero, agua y café.
Miguel Valdez no pudo acompañarlo en la huelga de hambre porque él sí es hipertenso y su organismo en general es más débil.
Familiares y un grupo de amigos se reunieron este lunes en el exterior del Cereso para exigir que la justicia actúe conforme a los derechos de estos Marco y Miguel, considerados dos más de los prisioneros políticos que, bajo diferentes pretextos, siguen existiendo en nuestro país.
