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En el Café de la sirena verde y cola bifurcada la gente fluye como la corriente eléctrica. A veces se acumula en un corto reptil multicolor, cuyos anillos deben respetar la distancia mínima marcada por los pequeños círculos pintados sobre el piso.
No siempre es así, y algunos rompen filas para escanear con los ojos el cristal de la vitrina refrigerada donde posan los alimentos.
A medida que la cola avanza a ritmo del llamado de voces cálidas cantadas como las de las voceadoras en la sala de espera de un aeropuerto, el pequeño reptil comienza a extinguirse hasta desaparecer sentado en las mesitas del Café, o saliendo al exterior apresurado donde los automóviles en movimiento perpetuo parecen flotar sin descanso.
Aquí vengo a diario desde que me di de "baja" en una franquicia similar al poniente de la ciudad.
Lo especial de este asunto es la cantidad de horas en que mi existencia sobrevive en este lugar; Ellas y Ellos son mi "grupo de asalto" a la vida diaria.
Entregados al servicio casi perfecto y a una amabilidad de tú a tú entrañable: son los baristas.
"La palabra «barista», cuyo origen se puede encontrar en el idioma italiano, refiere a una persona especializada en café.
Para ser un buen barista es necesaria mucha experiencia teórica y práctica. Debe ser una persona capaz de distinguir los distintos tipos de café para poder llegar a una
mezcla o saber resaltar las características de un origen único, para lo que debe conocer sobre el proceso de tostado y los diferentes grados existentes. Además, debe conocer la calidad del agua, dureza, el grado de alcalinidad, etc., así como los distintos tipos de preparación del café: en cafeteras de filtro, al estilo turco, en cafetera italiana, en máquinas espresso, en prensas francesas y otros".
Las investigaciones sobre el descubrimiento del café apuntan a un lugar en Etiopía, África.
Una de estas leyendas, narra a un pastor de cabras en la noche etíope apacentando su rebaño junto a unos arbustos casuales colmados de pequeñas esferas rojo cereza que los caprinos "come de todo" engulleron sin medida. Toda esa noche y el día siguiente el pastor trabajó como nunca tras los cabrios energizados por la cafeína.
Mucho se habla y más se consume en el mundo la esencia del grano tostado. Se puede hablar con algunas excepciones de un planeta adicto y feliz del sabor, color, energía y lucidez que otorga de manera ancestral este líquido color oscuro a veces caoba, descubierto como ironía en un área del planeta donde hoy masacra la guerra.
Los mexicanos, y por nombrar un área de empoderamiento gastronómico la ciudad de Monterrey, hemos condecorado a los cornudos descubridores de nuestro imperdonable vaso mañanero o crepuscular de arábigo, con el Cabrito regiomontano y la Birria jalisciense, aunque por otra parte los hayamos designado como un eufemismo de la infidelidad.
