La Fiscalía General de Justicia del Estado informó que la línea más sólida que se investiga para esclarecer el homicidio de Jorge Luis Camero Zazueta en Empalme está relacionada con grupos de narcomenudeo.
La primera versión difundida a nivel regional y nacional señalaba que Camero o "El Choche" fue asesinado por ser periodista, sin embargo la FGJE estableció que él había dejado de publicar El Informativo, su sitio de Facebook, desde marzo de 2021 "por lo que se descarta sea ataque a la libertad de expresión, además, el afectado está bajo investigación... por delitos de privación ilegal de la libertad y homicidio calificado cometido en agravio de Daniel Palafox Suárez".
En un video que circuló en redes sociales, Palafox había acusado a Camero de pertenecer a un grupo delicuencial. Poco después Palafox fue asesinado y su caso aún no ha sido resuelto.
Esto no significa necesariamente que Camero haya estado involucrado en ese asesinato pero reiterar dicha posibilidad implica una "revictimización de la víctima", práctica de las autoridades muy criticada pues su deber antes que difundir la ficha policial de una persona es más importante encontrar y castigar a quienes le causaron un daño.
Debate para periodistas
Más allá de la situación legal y de las investigaciones de la autoridad, hay en este caso un asepcto que debe preocupar y ser debatido por los periodistas.
El tema se refiere por supuesto a los asesinatos de trabajadores de los medios de comunicación. Una tragedia creciente que merece el rechazo unido, solidario, por parte de todos los que nos dedicamos a esta actividad.
Pero también debe debatirse la intromisión cada vez más frecuente de muchas personas que con todas las facilidades que permite la tecnología actual se convierten de la noche a la mañana en "periodistas" para realizar actos que van contra la ética profesional, hacer negocios, lisonjear a funcionarios a cambio del conocido "chayote" y, en casos extremos, utilizar un sitio informativo como portavoz de grupos delicuenciales.
Es temprano aún para determinar con exactitud cuáles fueron los móviles del asesinato de Camero. La Fiscalía ya estableció de manera contundente que no fue el crimen de un periodista más ni un atentado contra la libertad de expresión. Esto no ha sido relevante para los medios que se limitaron a resaltar y darle un cariz político al "asesinato de un periodista más".
El tema da para un debate amplio de periodistas solidarios con los colegas que realmente han sido privados de la vida o violentados de diversas maneras por ejercer su labor profesional. Y en ese debate debe separarse a éstos de aquellos que navegan en los medios de comunicación y se ostentan como periodistas sin serlo.