Como un testimonio de la poca importancia que desde las esferas de gobierno se le concede a los bienes culturales de Cajeme, la Biblioteca Municipal "Jesús Corral Ruiz" cumple ya dos años de permanecer cerrada, con vidrios quebrados en su fachada principal y una fisura de sus muros que sigue extendiéndose hacia el interior del inmueble.
Como la mayoría de los edificios públicos, la Biblioteca fue cerrada en marzo del 2020 para evitar riesgos de contagios por covid entre los usuarios y el personal. Dos años después y una vez que la pandemia ha empezado a ceder se han abierto la mayoría de las áreas públicas, escuelas y oficinas de gobierno, muchas de éstas incluso no cerraron sino aplicaron medidas para evitar aglomeraciones.
Ya reabrieron el Museo Sonora de la Revolución y el Museo de los Yaquis con nuevos directores.
Sólo la Biblioteca ha permanecido totalmente cerrada e incluso los trabajadores apenas regresaron el pasado mes de octubre pero sin abrir las puertas a usuarios.
Su exdirectora, la maestra Silvia Ceballos, concluyó su período con el cambio de directivos del Instituto Sonorense de Cultura (ISC), al que pertenece la Biblioteca, y no se ha nombrado a una persona que la sustituya. Esto al parecer ocurrirá después de Semana Santa.
Preocupante deterioro físico
Un año antes del cierre por pandemia, en 2019, apareció una pequeña fisura en un muro de la fachada junto al acceso principal.
Se dijo entonces que pudo haber sido consecuencia de un temblor registrado en el Golfo de California y cuyos efectos alcanzaron al sur de Sonora, hipótesis no comprobada.
Desde años atrás el inmueble era objeto de atención por el deterioro del mural realizado por Arteche en las cuatro paredes de la fachada.
Pero la fisura de los muros interiores es más preocupante porque no se ha determinado aún la magnitud de este daño, expresó uno de los empleados.
Antes de reabrirla al público deberá hacerse una evaluación técnica exhaustiva para precisar si se trata de una fisura interna o sólo es superficial, y obtener el permiso de Protección Civil.
Aunque no es un área a la que acuden multitudes, tampoco es insignificante el número de personas adultas y jóvenes estudiantes que a diario acuden por un servicio como el préstamo de un libro, a leer los periódicos del día, a la sala de internet o a reunirse en pequeños grupos en alguno de los cubículos.
Otras actividades culturales han florecido en la Biblioteca, como el cine club, presentaciones de libros y conferencias en el auditorio.
Ahora esto parece importar poco. La "próxima reapertura" está anunciada en un papel pegado a un cristal de la puerta de acceso pero la palabra "próxima" no dice nada. Tampoco se sabe si reabrirá tal como está, sin antes hacerse el estudio técnico sobre los riesgos que pudiera ocasionar el avance de la fisura.
Los directivos del ISC durante la administración estatal anterior, encabezados por Mario Welfos, demostraron escaso interés por la Biblioteca. Los actuales no han mostrado hasta hoy un interés mayor.