El vandalismo ha impedido que varias escuelas de Cajeme regresen a sus actividades normales después de la pandemia.
Hay casos extremos de planteles con la infraestructura colapsada. Ventanas y puertas derribadas, cristales quebrados, material didáctico destrozado e irrecuperable, pero sobre todo el desmantelamiento de instalaciones eléctricas, desde el cableado a lámparas y aparatos, y de la infraestructura hidráulica -baños, bebederos, tubería de cobre-, son las consecuencias del duro golpe que el vandalismo ha propiciado a los planteles en diversos puntos de la ciudad.
Este lunes madres y padres de familia de tres escuelas, la Centauro del Norte, la Lombardo Ríos y la Benito Juárez se manifestaron para exigir la intervención urgente de la Secretaría de Educación con el fin de restaurar esos planteles.
La tarea no es fácil pues no son sólo estas tres sino muchas más en las mismas condiciones, escuelas que como la Centauro fueron dañadas, luego y con mucho esfuerzo las restauraron y enseguida nuevamente quedaron semidestrozdas por el vandalismo.
Madres de familia como la señora Gloria García reclama con razón el apoyo de las autoridades pues ella y otros padres y madres pusieron de su bolsa el dinero necesaerio para la reparación de los daños y el reacondicionamiento de las aulas.
Y apenas estaban celebrando la próxima reapertura de las clases presenciales, cuando los ladrones de nueva cuenta saquearon todo y dejaron prácticamente el puro "cascarón" de la escuela.
Así no se puede, dicen madres y padres, quieren una respuesta de la Secretaría de Educación lo antes posible. No sólo ellos, también sus hijos están desesperados por volver a las clases pero así no se puede.