Después de una pequeña tormenta no viene la calma sino el ajetreo en los pasos a desnivel de las calles No Reelección y la 200, donde el agua se estanca y eso obliga a cerrar el paso de automóviles.
Enseguida viene el trabajo a marcha forzada de las cuadrillas municipales que sacan el agua estancada hasta que se recupera el tránsito vehicular.
Esto ocurre cada vez que llueve más o menos en forma copiosa, pero sin necesidad de que sea una gran tormenta, y resurge la inquietud por hacer cuando menos un puente elevado que mantenga el paso libre entre el Plano Oriente y el centro de la ciudad.
Pero un puente elevado sería una obra muy costosa, fuera del alcance en las finanzas actuales del municipio ahogadas por la austeridad federal y el pago de deudas.
La opción más práctica sería gestionar ante las autoridades federales y Ferrocarriles de México acondicionar la calle Allende en el tramo que pasa sobre la vía del tren y permitir así el tráfico vehicular.
Como ocurre hoy en el cruce de las calles Norte con Sufragio que comunica al centro de la ciudad con las colonias al oriente (Cajeme, Nuevo Cajeme, Beltrones, etc.).