Establecer a lo largo del Golfo de California procesos industriales que causan un daño sustancial al medio marino. La desalinización toma agua del mar, la trata para quitarle la sal y generar agua potable. Hay dos problemas principales con este proceso.
Por una parte, al tomar el agua del mar, no solamente toma agua, dependiendo del tipo de toma, también toman especies marinas, incluidas organismos grandes como peces, mamíferos, pájaros e invertebrados, y organismos más pequeños, como huevos de peces, plancton y larvas.
El segundo gran problema es la salmuera, subproducto de este proceso, que además de contener una alta concentración de sal, contiene una alta concentración de químicos tóxicos, lo cual al ser desechado en el ecosistema marino impacta negativamente en la flora y la fauna afectando el plancton y larvas de especies marinas.
Al golpear en los primeros eslabones de la cadena productiva marina se detona un efecto dominó que genera una afectación mayor a la vida marina en general, misma que sustenta algunas de las principales actividades de la región como la pesca y el turismo ecológico. Lo ambiental siempre impacta en lo social.
En estos tiempos de avances tecnológicos, donde gracias al mejor entendimiento del origen de la degradación ambiental, se avanza en procesos y tecnologías circulares que buscan eliminar los desechos y la contaminación. Llama la atención que se considere un proceso lineal como lo es la desalinizadora, no circular, como opción una solución “sustentable”.
Hay que decirlo muy claro, la desalinización no es una opción sustentable; no mientras que sus desechos afecten al medio marino y a la biodiversidad, sustento de vida para generaciones presentes y futuras; no mientras afecte comunidades que desarrollan actividades socioeconómicas y de conservación; no mientras que afecte actividades económicas pesqueras que afecta la economía de la región y pone en riesgo la seguridad alimentaria del país.
Estas tecnologías se han convertido en males aparentemente necesarios para solucionar un problema generado por la ineficiencia en el uso del agua, la sobreexplotación de nuestros acuíferos y la destrucción de ecosistemas que generan la producción y facilitan el almacenamiento de agua. Pero antes de voltear a ver la desalinización en Sonora o en el Golfo de California como una respuesta mágica para suministro de agua, debemos atender las pérdidas de agua en las ciudades, mas del 50 por ciento del agua que se suministra a nuestras ciudades y se pierde, y le ineficiencia del uso en la agricultura.
Esto nos aseguraría el suministro de agua que requiere las ciudades, y nos daría el tiempo suficiente para llevar a cabo acciones que mejoren las fuentes de agua en la cuenca, tales como disminuir la ineficiencia del uso de agua en la agricultura, implementar prácticas de agricultura regenerativa, la rehabilitación ecosistema de cuencas para fortalecer la recarga de acuíferos, mejorar la captación de agua, utilización de agua de lluvia, tratamiento de aguas negras para uso industrial y agrícola, entre otras.
Autoridades y sociedad debemos de actuar hoy más que nunca ante estas soluciones viables que, además de ahorrar o aportar agua, ofrecen beneficios sociales y ambientales adicionales de gran valor.
*Exrtracto del artículo publicado por la autora en sinembargo.mx con el título "La desalinización en el Golfo de California".
Texto completo en:
https://www.sinembargo.mx/18-03-2023/4338295