Una amenaza que a nadie asustó: Tras la eliminación de los perredistas Miguel Mancera y Silvano Aureoles en el proceso para designar al candidato del frente opositor Va por México, Jesús Zambrano, dirigente del PRD, declaró que su partido analizaba la posibilidad de romper su alianza con el PAN y el PRI.
Una amenaza que a nadie asustó, ni siquera hizo cosquillas a los otros miembros del bloque opositor, solo hubo declaraciones políticamente correctas para pedirle a Zambrano que reconsiderara su actitud.
En realidad nadie creyó que Chucho Zambrano hablaba en serio. Si alguien necesita estar en esa alianza es el PRD, aunque sea menospreciado o que no se le tome en serio.
Al principio se puso serio y enseguida reculó con declaraciones grandilocuentes, como si en realidad su partido fuera factor importante; Zambrano interpretó bien el papel de patiño que se le ha asignado en el bloque opositor.
Un papel digno de la tragicomedia política que vive el PRD, partido en proceso de extinción que se aferra a una alianza con tal de obtener los votos suficientes para seguir recibiendo los millones de pesos que anualmente le entregan las autoridades electorales.
Después de este episodio una enseñanza debe quedar para Zambrano: Ya no haga amenazas como ésta porque se la pueden tomar en serio y le cierran las puertas.