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La experiencia de Rosa es similar a la de muchas jovencitas de Cd. Obregón.
La vitalidad de su adolescencia la llevó de una fiesta a otra buscando la diversión ilimitada que se encuentra entre amigos, la música, el baile y al principio un probadita a bebidas alcohólicas, una o dos cervezas. Hasta cierto punto algo normal, eso lo han hecho siempre la gran mayoría de los jóvenes.
El problema surge cuando lo excepcional se convierte en costumbre, en un hábito .
"La fiesta", recuerda Rosa, "ya no era sólo el sábado, ahora se alargó de jueves a domingo y dejaba para la cruda de lunes a miércoles, en espera de que otra vez fuera jueves e iniciar la peda".
Menciona cómo fue transformándose su conducta, se volvió más huraña en medio de la familia, con relaciones más conflictivas y motivada sólo para volver a la siguiente reunión con los amigos.
"La fiesta me atrapó", dice.
Se sentía feliz, ella era la animadora del grupo, el centro de la fiesta, figura indispensable en la juntada.
Y de los conflictos con la familia pasó a los conflictos internos más fuertes, la depresión, la ansiedad, el fantasma del suicidio al acecho.
En este punto, cuando percibió el peligro, tomó la decisión de acudir a un grupo de Alcohólicos Anónimos donde conoció las experiencias de otros jóvenes como ella y la certeza de una vida feliz, alegre, sin necesidad de sumirse en el alcohol.
Ahora Rosa habla frente al grupo con seguridad, expone su problema, cómo lo superó y espera suceda lo mismo con otros.
Aumenta alcoholismo en mujeres jóvenes
La próxima semana, a partir del 18 de septiembre, Alcohólicos Anónimos llevará a cabo una serie de actividades para advertir y orientar a los jóvenes que tienen dificultades por su forma de beber.
"Es cada vez mayor el porcentaje de jóvenes alcohólicos, y no son sólo hombres, por igual afecta a mujeres", comenta alguien del grupo.
Todos lo hemos visto, incluso dentro de la familia. Las muchachitas que antes vivían a plenitud de mil maneras, ahora sólo se divierten en reuniones donde la ingesta de bebidas alcohólicas no tiene límites. Rechazar esta "realidad" significa automarginarse del entorno, de los grupos de amigos en las juntadas. Sin alcohol no hay diversión, se lo repiten a cada rato cientos de mensajes publicitarios.
Las consecuencias son abrumadoras. Jovencitas que beben como antes sólo lo hacían hombres adultos. Borracheras que llevan en muchas ocasiones al consumo de otras drogas.
La realidad parece aplastante pero no lo es. El mensaje de Alcohólicos Anónimos es la esperanza de una vida a plenitud como la que ahora vive Rosa.
