|
Tras la agresión a un alumno del CETIS 69, quien se desmayó por la golpiza que le propinaron otros estudiantes, la Secretaría de Seguridad Pública dio a conocer que en ese plantel impartió pláticas para evitar el bullying, suicidio, consumo de alcohol y drogas.
Y después de la agresión, volverán los expertos al plantel para hablar de lo mismo.
La información revela sin quererlo lo inútil que resultan estas pláticas en un contexto social donde prevalecen la exaltación de la violencia, la idolatría a los asesinos, la corrupción y finalmente la impunidad en la gran mayoría de los crímenes.
A través de series de televisión y videos de internet, la violencia aparece como un fenómeno natural, cotidiano e inevitable, donde el agresor si acaso es objeto de frases moralistas y a veces incluso resulta un héroe si con violencia resuelve una situación violenta.
Niños en formación mental, jóvenes y adultos en general son el objetivo de la mercadotecnia que promueve corridos e ídolos que rayan en la estupidez como ahora el llamado Peso Pluma y las figuras de la narcocultura.
En este proceso decadente participan con entusiasmo medios de comunicación -radio, tv y cine- si el contenido genera ganancias económicas. La censura moral y legal se quedó en el pasado, perdió fuerza arrollada por la corriente mercantilista de la basura cultural.
Y en el caso de las pláticas preventivas que presumen las autoridades:
Puede reconocerse el buen intento, pero eso, como lo vemos ahora, no es tan eficiente como se presume.
Más eficaz sería acabar con la impunidad que dar pláticas todo el día.
Para empezar, las autoridades sin rodeos deben aprehender a los culpables de esta agresión, remitirlos al reclusorio del ITAMA en Cócorit y por lo tanto suspenderlos en la escuela.
Pero enseguida se alzarían las voces que pedirían comprensión por la inmadurez de los jóvenes, darles otra oportunidad, regañarlos y otras medidas que nos han llevado hasta la situación actual.
