La primera jornada de vacunación anti covid en Cajeme fue a fines de marzo del 2021. Un día memorable. En la plaza "Lázaro Cárdenas" esperaban su turno pacientemente decenas de personas mayores de 90 años, el primer grupo programado por razones ya conocidas.
Los ancianos iban acompañados de sus familias que con mucho amor los cuidaban, moviéndolos conforme avanzaba la fila de espera. En medio de la gente que había llenado la plaza Bernabé Arana atendía a varias personas que solcitaban trato preferencial para el abuelo o la abuela cuya condición de salud no le permitía estar mucho tiempo en ese lugar. Otros sólo pedían información y muchos hacían oídos sordos cuando les pedían que sólo un familiar adulto debía acompañar al anciano que iba a ser vacunado.
En medio de todo esto, los empleados de Bienestar que iban y venían apoyando la organización no dejaban de acudir con frecuencia a Bernabé para pedirle una instrucción, qué podían hacer ante lo imprevisto. Más allá alguien echó bronca por cualquier pretexto y en un momento parecía inminente el zafarrancho.
Bernabé trataba de atender a todos sin perder la calma, daba órdenes a sus ayudantes y pedía unos minutos de espera a los reporteros que ya estábamos allí buscando la información del delegado de la Secretaría de Bienestar en la primera jornada de vacunación.
Era un día inédito, sin mucho tiempo previo para atender una situación difícil pero necesaria, alentadora, pues al fin llegaba la ansiada vacunación contra el virus que amenazaba la vida de muchas personas, los viejitos en especial.
La confusión inevitable, las protestas airadas de algunos, dieron el punto para la nota del día. ¡Qué mala organización!, ¡qué incapacidad del gobierno morenista!, ¿cuántos años necesitarán para vacunar a todo México?... La grilla de algunos nostálgicos culpaba a AMLO y aquí por supuesto a Bernabé proque estaba visto, aseguraban, que no podrían cumplir la vacunación total para todos los mexicanos y cajemenses mayores de 18 años.
Platiqué con Bernabé al día siguiente y mostró su enfado contra la "mala leche" de los que querían ver fracasar el programa de vacunación.
-No importa, les vamos a callar la boca, se vacunará a todos quienes deban ser vacunados y en el tiempo previsto. ¡Sí se puede! -me dijo muy seguro.
No había transcurrido ni un año de aquella primera jornada cuando ya estábamos vacunados la gran mayoría de los mexicanos adultos y las defunciones por covid iban a la baja. Un día tocamos el tema y Bernabé levantó la voz orgulloso:
-¡Sí se pudo! ¿No que no?
Pocos meses después una enfermedad incurable empezó a socavar la salud de Bernabé. Los médicos dijeron que sólo uno entre 500 podía superar esa rara enfermedad y él se aferró a la vida hasta donde pudo, atendiendo su trabajo por los beneficiarios de Bienestar con la fe y la lealtald que sentía por el presidente AMLO.
Descanse en paz el buen amigo Bernabé.