Hace tres años, previo a las elecciones intermedias del 2021, un buen número de militantes morenistas se apuntaron como aspirantes a la candidatura de una diputación federal por Morena.
Con el entusiasmo que daba el momento, era una nueva forma de hacer política, muchos cándidos aspirantes cumplieron con las reglas de la convocatoria, ingresaron sus papeles donde comprobaban cumplir con todos los requisitos, hicieron proselitismo entre sus correligionarios y se mostraron dispuestos a debatir con los otros aspirantes.
Al final, como ocurrió en Cajeme y en otros distritos, nada de eso les valió. Las candidaturas fueron entregadas a las personas propuestas por la élite dirigente y los cándidos aspirantes fueron conformados con la promesa de un puesto en la administración pública.
Hoy se habla nuevamente de encuestas para designar a los aspirantes a una diputación federal; el que sea más popular, se supone, será el candidato de Morena en cada distrito.
Y si ya tiene un cargo en la administración pública no necesita renunciar, nomás que presente su carta de intención, se registre y a esperar el resultado de la encuesta.
El gobernador de Sonora, Alfonso Durazo Montaño, señaló que existe bateo libre para quienes busquen contender por una candidatura federal.
“Tenemos que esperar los resultados de las encuestas. En Morena no es una decisión unilateral o unipersonal. Consecuentemente, hay que esperar los resultados de esa encuesta para saber cuáles son los cambios que en todo caso estaré llevando a cabo”, expuso.
Dijo que respeta las aspiraciones de sus colaboradores y las calificó como legítimas, sobre todo en un contexto en el que busca consolidar una nueva clase política.
“Respeto esas aspiraciones; bateo libre. Primero, porque son aspiraciones legítimas. Segundo, porque si queremos -como es mi compromiso- formar una nueva clase política, tenemos que dar oportunidad a la gente de que reciba cada vez mayores responsabilidades para consolidar ese proceso de formación de una nueva clase política”, sostuvo.