Parece el problema de una familia, de una madre que busca angustiada a su hijo que desapareció hace una semana, el 21 de noviembre.
Pero no, no es una familia, son cientos ya las que han sufrido el dolor intenso de tener a un ser querido que ha sido privado de la libertad, se lo llevaron y no lo han vuelto a ver. Hombres y mujeres, las víctimas son cientos.
Ahora es el clamor de la mamá de Ángel Aarón, el joven recién graduado de la carrera de Biología, jugador de slowpitch que se encontraba fuera del deportivo Fair Play, ubicado en la carretera Internacional frente a la plaza de Pemex, cuando llegaron sujetos desconocidos y con violencia se lo llevaron. Desde entonces no lo han vuelto a ver.
Una semana después su mamá saca fuerzas del dolor y pide con llanto a las familias cajemenses que la ayuden a buscar a su hijo, suplica a quienes se lo llevaron que lo regresen.
Acompañada de amistades y familia, marcha por las calles del centro hasta llegar a Palacio Municipal.
"Es un dolor muy grande no tener a mi hijo en casa, es un dolor muy grande, aquí lo esperamos", grita en llanto y pide a los cajemenses que la apoyen cuando menos con una oración por el regreso de Ángel Aarón sano y a salvo.
Su voz cala hondo. Es imposible no sentir compasión por ella y por cada uno de los que han perdido a un ser querido en las mismas condiciones que Ángel Aarón.