En la cima del “Cerrito de la Virgen”, ubicado en el kilómetro 23 del tramo carretero Navojoa-Obregón, el paisaje es una mezcla de agradecimiento, desesperación y dolor.
Los devotos suben los casi 150 escalones que llevan hasta la Morena del Tepeyac en busca de consuelo y ya en las alturas, advierten que alguien compartió en público un mensaje de auxilio.
Amarrada en una de las protecciones aparece una lona, donde se lee en letras rojas y en mayúsculas: privado de su libertad, seguido del rostro de un jovencito, casi un niño.
Es el cajemense Ángel Aarón Aguirre Lugo, cuyos sus familiares lo buscan sin tregua y afanosamente desde el pasado 21 de noviembre.
Y como colofón una invocación esperanzadora: “El Señor te protegerá de todo mal, él cuidará de tu vida”, del Salmo 121, versículo 7.
La escena en sí misma es conmovedora y estrujante frente al desdén de las autoridades y una sociedad temerosa e indolente.
La gracia de la virgencita es una esperanza de volverlo a ver pronto.