|
La fuerza que demuestra el partido Morena en Cajeme no será suficiente para evitar los conflictos que se avecinan en la disputa por las candidaturas que estarán en juego esta temporada electoral.
El árbol no da suficientes frutos para todos y entre los suspirantes a una misma posición aparecerán enemigos acérrimos antes que compañeros solidarios.
Salvo la que corresponde a la presidencia municipal, casi asegurada por el alcalde Javier Lamarque para su reelección, el resto de las posiciones presenta interrogantes que no serán fáciles de resolver.
Así en la designación de candidatos a las tres diputaciones locales, donde cada uno de los tres legisladores vigentes -Raúl Castelo, Iram Solís y Ernestina Castro- han dado muestras de su interés por permanecer en el Congreso del Estado, puede surgir la presión de grupos y personalidades morenistas que no han tenido oportunidad de mostrarse en una contienda electoral y se sienten con la fuerza suficiente para hacerlo con éxito.
La diputación federal, hoy a cargo de Gabriela Martínez, será sin duda una de las posiciones más peleadas toda vez que hay varias figuras morenistas que exhiben su deseo de iniciar una carrera política en San Lázaro.
Tantos los tres locales como la federal se sienten con fuerza para repetir y quizá alguno o alguna lo logre. Pero la reelección total de la representación legislativa de Cajeme traería más problemas que soluciones al partido.
De las dos senadurías en juego ni hablar porque ya están reservadas para funcionarios del centro y norte del Estado. Las suplencias son lo máximo a lo que pueden aspirar los cajemenses. Lo atractivo será en todo caso saber si el principal candidato a la Cámara Alta es el de los durazistas, Omar del Valle Colosio, o el de los lamarquistas, Heriberto Castillo. Éste no parece tener fuerza propia pero... es el coordinador de la campaña de Claudia Sheinbaum en Sonora.
En este panorama falta resolver una interrogante esencial: ¿Pedirá la CTM candidaturas por su resiente adhesión a la 4T?
La respuesta está en el aire y una concesión a los otrora rivales, despertaría mayores enconos entre los aspirantes rechazados.
