Más de quinientas personas participaron esta noche en la Procesión del Silencio que se llevó a cabo desde el parque Los Pioneros hasta Catedral.
Con un solo tambor anunciando el paso de la procesión y seguido de los signos de la Pasión de Cristo se llevó a cabo esta manifestación pública de fe con la que se acompaña a la Virgen María.
Al llegar a Catedral en un ambiente de oscuridad se realizó el Rosario de Pésame dirigido por el obispo Felipe Pozos quien recordó que a todos los bautizados se les ha entregado a la Virgen María como Madre y como tal se debe compartir con ella los momentos tristes pero también los momentos felices.
Recordó que el Rosario es contemplar con los ojos de la Virgen cada misterio y que se trata de una oración Cristocéntrica aunque se pueda interpretar como un rezo dirigido a la Virgen.
“Oración maravillosa, pequeña y sencilla pero que nos lleva hacia Jesús, eso es el Rosario", mencionó el obispo.