Con las elecciones de este 2024, Arizona regresa a la época del temido sheriff Joe Arpaio, quien por más de dos décadas construyó su fama como cazamigrantes. Aunque se retiró hace casi 20 años, sus políticas parecen haber regresado, con la aprobación de la proposición 314, que nuevamente criminaliza en lo local a personas que parezca que no tienen papeles.
Además de dar el triunfo electoral a Donald Trump, 62 por ciento de los votantes en Arizona avaló permitir que la policía local arreste a los migrantes sospechosos de ingresar de forma irregular sin documentos al estado desde México.
Se trata de una medida conocida ya en el estado, pero que invade facultades exclusivas del gobierno federal sobre la aplicación de la ley migratoria. Aunque no entrará en vigor inmediatamente, la mayoría obtenida por el partido republicano en el Senado, la Cámara de Representantes y hasta el control en la Corte Suprema, podría acelerar su implementación.
La medida ha sido impulsada por legisladores republicanos en estados como Texas, Iowa y Oklahoma, pero frenada por los tribunales, lo que ahora podría tener un destino diferente frente a la nueva mayoría obtenida tras las elecciones de este martes 5 de noviembre.
Aunque las detenciones en la frontera se han reducido en las semanas previas a las elecciones, con unas 2 mil 400 a la semana, organizaciones sociales reportan altas cifras de deportaciones desde Arizona hacia Nogales en México, lo que creen, aumentará con el triunfo de Donald Trump.
Dora Rodríguez, directora de Salvavisión, sostuvo que en Estados Unidos y particularmente en Arizona, crece un discurso de odio. «Hay una migración masiva mundial, una invasión como dicen. Estamos hablando de muchos factores. Pero yo le digo a cada persona que tiene miedo por la migración masiva que cada persona que se presentó a pedir asilo, entró a este país con un chequeo previo del Departamento de Seguridad. Lo que dicen todos son criminales, que todos son pandilleros, de maras, esa es una falsedad”.
A la aprobación de esta medida se suma un postura tibia de la gobernadora Katie Hobbs de extracción demócrata.
“Lo que me da mucha pena es que ella no ha hecho nada por decir, mira, esto es mentira. Este es mi estado. En mi estado no hay una invasión. Ella no, pues que yo no la he visto que salga públicamente a pelear, o sea, a defender, yo pienso que a defender lo que es su estado, el que ella trabaja. Para eso la elegimos, para tener un poco de protección, ¿verdad? Y no está sucediendo”, dijo.
Sin embargo, esta situación será todavía más crítica con la aprobación de la proposición que regresa a Arizona, veinte años atrás a la época del cazamigrantes Arpaio.
Información de www.milenio.com