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El problema más grande, más doloroso del Cajeme actual aparece de nuevo: Una madre, Leda Maritza, marcha por las calles del centro clamando en llanto porque aparezca su hijo Omar Alejandro, exige a gritos que las autoridades lo encuentren y se lo regresen vivo o muerto.
Junto a ella camina un grupo de familiares que la acompañan en su dolor, indignados porque ya hay un detenido que participó en la desaparición y en la Fiscalía les dicen que no pueden obligarlo a revelar dónde podría hallarse Omar y quiénes lo tienen.
"No lo obligan pues argumentan que respetan los derechos humanos del detenido", grita desesperada la tía Rebeca. "¿Cómo es posible que digan eso en vez de proteger los derechos humanos de la víctima?"
"No nos responden llamadas"
Omar fue raptado hace tres semanas y desde entonces no se sabe nada de él. Hace una semana se detuvo a un implicado en el secuestro y no lo han hecho dar información sobre los motivos y paradero de la víctima.
La angustia corroe el ánimo y la salud de la madre y parientes. Exigen a gritos en el exterior de Palacio Municipal que salga el alcalde Lamarque y les informe sobre el caso, cómo van las gestiones ante la Fiscalía General de Justicia para que lo resuelva cuánto antes.
"Que nos lo devuelvan con vida y si ya no vive que nos digan dónde está para ir por él", solloza la madre.
"Pero lo único que me dicen es que espere. ¿Hasta cuándo?"-
La tía Rebeca denuncia:
"Al principio el alcalde nos recibió con mucha amabilidad y turnó el caso al licenciado Cuen. Pero ahora ni siquiera atienden nuestras llamadas, nos ignoran".
"Estaría muy tranquilo el alcalde inaugurando bebederos si tuviera a un familiar desaparecido", reprocha.
Después de media hora de pedir a gritos que los atiendan, baja de su oficina el licenciado Cuen y les asegura que ellos, la autoridad municipal, ha permanecido en contacto con el delegado local de la Fiscalía para que les informe en caso de algún avance.
Y les promete que así seguirán, atentos.
La madre, la tía Rebeca y familiares que los acompañan marchan ahora hacia el edificio de la FGJE, en las calles Yaqui y Mayo, donde habrá de recibirlos el delegado Roberto Tapia.
