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Mirándolo a media distancia se asemeja al “manotas” Blue Demon, sin máscara.
Usa sus abiertas y grandes manos levantando los brazos como si fuera a aprisionar a su contrincante y a aplicarle un candado de oso, pero solo hace un ademán para apoyar su narración.
Con dificultades por un defecto en la laringe, para vaciar sus historias de más de 50 anos en la lucha libre, Lorenzo El Gitano obtuvo el campeonato welter de occidente en 1970 y tuvo fama nacional en luchas estelares en las mejores arenas del país.
Discípulo del Diablo Velázco que le enseño a los 20 anos de edad, las artes de la lucha grecorromana intercolegial, radica en Cd. Obregón desde 1975.
Se enfrentó en decenas de funciones a las grandes figuras del pancracio desde 1967 año en que hizo su debut profesional en la arena coliseo de Guadalajara ganándole a El Mohicano.
Relata que El Santo más que luchador era la astucia viva en el cuadrilátero. “Era mas que un luchador técnico un luchador muy inteligente. Todos sus movimientos eran bien calculados, de tal forma que fue un fenómeno que llenaba las plazas a donde fuera; al contrario de lo que muchos piensan Santo no ganó sus encuentros basándose en llaveos, si no a base de inteligencia”, asegura El Gitano.
La lucha libre fue espectacular, las luces, las capas, el garbo y porte del gladiador, el magnetismo de la máscara que cubre la esencia y el misterio, el arte de convertir el cuerpo humano en fortaleza y flexibilidad muscular, aplicándolo para derrotar al adversario a base de afectar sus puntos débiles con la habilidad de sujetar y amarrar en la lona con las mismas extremidades convertidas en llaves, al cuello, a la cintura, al dorso.
Para Lorenzo Asaiz Martínez cuyo nombre de batalla fue El Gitano, “Hoy los luchadores no cuentan con los recursos técnicos y luchan para hacer reír”.
Agrega, “en los últimos años surgieron empresarios que humillando al mismo luchador le ordenan hacer payasadas para sentirse satisfechos con el espectáculo”.
Sus luchas y adversarios
Nuestro entrevistado comenta que fue un luchador muy cercano a otra leyenda del ring, de nombre Roberto González, los dos originarios de Teocatliche Jalisco, esa leyenda es El Solitario, fallecido en 1985.
Recuerda el recorrido por las giras en los 60s y 70s que realizaba con las grandes luminarias en las plazas de todo el país.
Se enfrentó en varias ocasiones al Mil Mascaras y lo prueba con un cartel en el que aparece en un relevo de tres contra tres. “Al chocomil le puse una tunda y que después de dos años cuando nos topamos en la arena de Guadalajara, dijo que se acordaba de mi”.
Con el Matemático, primo hermano del Huracán Ramírez, perdió la cabellera en una lucha apoteósica en 1974, en la plaza monumental de toros de Monterrey, en la que incluso dice que lloró de la emoción ante el aplauso de 8 mil aficionados que abarrotaban el lugar.
En 1975 obtuvo los campeonatos ligero y welter derrotando en los 72 kilogramos a Black Man y después en los 75 kilogramos a Luis González, en la Coliseo de Guadalajara.
Me enfrenté a El Solitario varias veces, también tuve agarres mano a mano con Karlof Lagarde y con René “El copetes” Guajardo, quitándole la cabellera en Cd. Obregón en 1979” comenta el luchador.
El Perro Aguayo en una entrevista de radio confesó que una de las luchas mas cruentas en su carrera fue contra Lorenzo El Gitano en 1974. Y agrega nuestro entrevistado “El Perro no sabe luchar, yo le gané varias veces”.
En 1984 se escenificó la lucha más sangrienta de la Arena Coliseo –la cual cosa aparte no debieron de demoler como el Cine Cajeme, si no conservar como parte de la historia de Cd. Obregón–cuando Lorenzo El Gitano se enfrentó a Ray Mendoza.
Narra el protagonista “Tuve encuentros con el hermano de el Cavernario Galindo, Cavernario II, al que derroté, con Alberto Muñoz, Doctor Wagner, Cien caras, Halcón Ortiz, América Salvaje, El Cobarde, Hermanos Calavera, Sugi Sito, Ukori Sito, Ángel del Silencio, Cinta Negra, Pantera Azul, Gigante Blanco, Zeus, Máximo Linares, mejor conocido como El Rayo de Jalisco y párale de contar.
“Los fomentos con sal y la compadesencia de mi mujer, eran el único alivio después de tanta madriza” confiesa.
Experto en lucha intercolegial y grecorromana emprende un proyecto de entrenamiento con sus propios recursos a pesar que solicitó en los dos trienios anteriores apoyo para impartir cursos de lucha a niños y jóvenes en el centro deportivo de la calle Michoacán, “El ejercicio físico es el mejor remedio para la ociosidad que lleva a las drogas”, comenta, y agrega “si mantenemos ocupados en el deporte a los adolescentes se quitarían del peligro de los vicios y los delitos.”
Entre los discípulos de Lorenzo Asaiz que son muchos, hay luchadores profesionales y otros que le han agarrado cariño a la disciplina.
Sin embargo a Lorenzo no se le cae el ánimo, es una persona de edad de bajos recursos económicos, como luchador se le acabó el dinero que ganó y los conflictos de divorcios lo hicieron alejarse de la vida cómoda, luchando en los últimos años con la crisis económica, una ruda adversaria de la cotidianeidad en las calles.
Cualquiera que lo imagine con tamaña carrera lo dibujará anciano y achacoso. Pero no, para sorpresa, nuestro entrevistado ha sabido mantener su condición física reflejada en su volumen muscular. Y no dejó la lucha, increíblemente su última lucha la efectuó hace ocho años en la Arena México, en la Arena México, leyó usted bien.
Qué te debe la lucha, Lorenzo?, le pregunto.
-“Me quedó a deber un campeonato mundial, si.”
Si volvieras a vivir serias luchador otra vez?
-Si, mis antepasados, yo en otra vida, sueño que fui gladiador del coliseo romano, sí sería luchador si tuviera otra vida.”
A pesar de codearse con los mejores del país y de Japón, y enfrentarse durante muchos años en famosas, temerarias y memorables luchas no se amedrenta con la lucha por la vida que la vence en dos de tres caídas sin límite de tiempo.
Contra el mejor del mundo
El Gitano agrega que el mejor encuentro que tuvo y del que se siente más orgulloso fue el escenificado en noviembre de 1975 contra Rolando Vera conocido como El Profesor o Spirit, que fue campeón mundial medio por la NWA.
La lucha tuvo lugar en Nuevo Laredo, Tamaulipas, un mano a mano con Vera que lucía con enorme técnica y destreza, que algunos lo han catalogado como el mejor luchador del mundo.
¿Era mejor que El Santo?, pregunto,
-“Mucho mejor” responde, “El Santo lo que tenia era inteligencia, astucia viva en el cuadrilátero, pero no era un luchador con capacidad técnica”, explica Lorenzo. “Rolando Vera si no era el mejor luchador del mundo, si era de los mejores, con una técnica muy depurada”.
Y relata su lucha contra Rolando Vera "El Profesor":
Era mi prueba para recibir la oportunidad de mi carrera. En la lucha semifinal en la arena de Nuevo Laredo antes de la lucha entre El Solitario y Aníbal contra Ángel Blanco y Doctor Wagner. Dos mil gentes llenaban el lugar.
Las primeras dos caídas fueron técnicas. Una exhibición de calidad técnica que Vera demostraba con maestría.
Pero perdí el control en la tercera caída y lo arrebaté a golpes.
Vera realizaba una técnica muy fuerte, muy depurada. Perdí los estribos y me ganó el coraje, llovieron sillazos.
Gane la primera caída con la Cerrajera. Los golpes se sentían fuertemente por que hacia un friazo, cada costalazo parecían pedradas en el lomo.
Tuve que sacar todos los recursos luchisticos para dar batería a un luchador tan experimentado y uno de los mejores del mundo. Me gustaría que todavía hubiera luchadores de esos, a ver si aguantarían una caída esos chapulines que andan de moda, que tienen más de teiboleras que de luchadores.
En el segundo round me sorprendió en lo alto con una quebradora, arrebatándome la caída en 10 minutos.
Se sentía una emoción formándose en el público por que era una lucha de poder a poder.
Profesionalmente comenzaba mi carrera, pero me sorprendió y ganó el ex campeón mundial medio.
El siendo un maestro de todos los tiempos invencible por El Santo, Gori Guerrero, Blue Demon, batalló para ganarme.
Si pude haberle ganado, pero perdí la paciencia. Rolando Vera era uno de los muros de la lucha libre profesional, muy difícil enfrentarse a ellos. Para derribarlos se necesitaba un bombillo de dinamita. No como ahora con un soplido caen desmayados.
En el tercer round fue el coraje el vencedor. A punta de golpes no se gana una pelea. Estaba desesperado ante la fortaleza de mi adversario y lo arrebate a base de puñetazos. Termino venciéndome la experiencia y la técnica del mejor de todos los tiempos.
