En México, el principal problema de salud mental es la ansiedad, padecimiento que los niños comienzan a desarrollar entre los cuatro y seis años de edad, y es uno de los más frecuentes, afirmó la investigadora de la Facultad de Psicología (FP) de la UNAM, Andrómeda Valencia Ortiz.
Este trastorno, agregó, se distingue por ser una respuesta emocional exagerada ante una situación novedosa o de temor; está muy asociado, por ejemplo, con el primer ingreso a la escuela aunque también se vincula con padres ansiosos.
Algunos de los síntomas que los niños presentan en torno a la ansiedad son: apego, inseguridad, y falta de interés por explorar espacios nuevos que no sean a los que ya están acostumbrados, detalló.
También, resaltó que la ansiedad se relaciona con otro tipo de padecimientos o alteraciones cuando los infantes crecen, es decir, comienzan a detectar falta de habilidades sociales y se manifiestan consecuencias a nivel fisiológico.
Es entonces cuando los niños registran síntomas de gastritis, dermatitis nerviosa, úlceras y problemas vinculados con trastornos emocionales agudos, sobre todo con situaciones de estrés, destacó.
Asimismo, refirió que otro de los padecimientos que pueden manifestar es la depresión, derivado de que las madres cuentan con antecedentes de haber presentado cuadros al respecto.
Así, los menores tienen un componente hereditario importante; además al estar dentro de una familia donde los padres también son depresivos o desarrollan este tipo de reacciones frente a los problemas, aprenden a responder de esta manera.
Valencia Ortiz mencionó que en el caso de los padecimientos emocionales en infantes, pueden pasar incluso años sin que los progenitores perciban que el niño los presenta.
Más del 50 por ciento de los niños que acuden al Centro de Servicios Psicológicos de la FP de la UNAM, lo hacen por problemas de conducta. Al realizarles una evaluación psicológica, la mayor parte padece depresión o ansiedad; el otro porcentaje, arrojaría el diagnóstico de problemas de conducta como hiperactividad, déficit de atención o agresividad.
De igual forma, existen problemas emocionales vinculados por ejemplo al abuso sexual, al maltrato infantil, al secuestro y a la salud física, enfermedades crónico-degenerativas.
Este Centro también atiende a pequeños que acuden por el proceso de adaptación del divorcio de sus padres, pues en muchas ocasiones tienen que acostumbrarse a vivir con los abuelos o sólo con la mamá o el papá. Esta combinación de nuevas familias los lleva a necesitar un pequeño“ajuste” para adquirir mejores habilidades, finalizó.