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Todo empezó como un juego cuando Alfredo y Yamilet, una amiga de Facebook a la que no conocía en persona, empezaron a enviarse fotos del rostro de cada quien, luego del cuerpo, posteriormente en traje de baño él, o con sugerentes minifaldas y escotes ellas. Hasta que dieron el paso a lo siguiente: Fotos propias en poses sugerentes de relación sexual.
El juego resultó una pesadilla para ella. Sus fotos empezaron a circular por decenas de correos y Facebooks de compañeros de la escuela, primero, y después de desconocidos.
La burla, los comentarios hirientes y los señalamientos de los compañeros fue terrible al principio, pero luego vino lo peor cuando a Yamilet empezaron a escribirle y llamarle hombres -y alguna mujer también- desconocidos que le ofrecían sexo a cambio de algo, o sólo deseaban burlarse de ella.
Para Alfredo no fue nada mejor, pues sus fotos con tanga fueron distribuidas no sólo en la escuela sino también entre hombres que le ofrecían una relación íntima y alguno llegó a abordarlo personalmente en la calle casi para forzarlo a tener sexo.
Daños sicológicos
Para Antonia Lagunas Ruiz, psicóloga de la Comisión de Derechos Humanos del Estado de México (Codhem) este tipo de prácticas, al igual que la violencia entre jóvenes, conocida como "bullying", deja serios daños psicológicos a quienes lo padecen, ya que representa una violación a la intimidad de los involucrados que pasan a ser el centro del morbo, las miradas, los señalamientos y burlas.
“Recientemente, tuvimos el caso de una jovencita de secundaria, que al asistir a una fiesta con sus compañeros, y luego de ingerir algunas bebidas alcohólicas, perdió el conocimiento de dónde se encontraba. Al día siguiente, sus mismos compañeros se encontraban vendiendo un video en donde se podía ver a la chica teniendo relaciones sexuales con varios jóvenes, generando que la muchacha entrara en shock inmediatamente”, contó la especialista.
Sin embargo, luego de un tratamiento que fortaleció nuevamente su autoestima y sus valores, la joven tuvo que iniciar una nueva etapa en su vida, luego de varios intentos de suicidio. Sin embargo, la chica nunca pudo regresar a su escuela, al convertirse en el centro del morbo de sus compañeros.
“La publicación este tipo de imágenes en páginas de Internet, puede generar un gran impacto tremendo en la vida diaria de los afectados, provocando problemas en casa y en su escuela, además de generar la pérdida de la autoestima que, si no es trata a tiempo, puede conducir a una depresión severa o en casos muy extremos al suicidio”.
Además, la psicóloga, aseguró que la popularización del “sexting” entre adolescentes puede poner en peligro a los involucrados, al ser consideradas como blanco fácil de diversas redes de explotación y trata de personas que operan en Internet, “ya que estas pueden acceder con mayor facilidad a imágenes de menores que circulan libremente en la red publicadas por amigos o personas que obtuvieron el contenido en celulares o cámaras fotográficas.
De acuerdo a Lagunas Ruiz, los jóvenes que hacen "sexting", se encuentran en una edad de 12 a 25 años, y muchos de ellos, aseguran que este tipo de imágenes “fueron enviados como un regalo a su novio o novia, mientras que otros publicaron alguna imagen provocativa en redes sociales como Facebook o Twitter, a fin de llamar la atención de sus amistades".
“Exhortamos a los todos jóvenes a no permitir que ninguna persona trate de violar su privacidad y mucho menos su intimidad, proponiéndoles ser fotografiados en poses atrevidas, en ropa interior, o incluso sin ninguna prenda de vestir, ya que pueden llevarse una desagradable sorpresa”, puntualizó la funcionaria.
Mientras que a los padres de familia, la psicóloga recomendó una comunicación constante con sus hijos, así como estar al pendientes ante cualquier cambio de actitud, explicándoles la gravedad de tomarse fotografías en paños menores, en diversas posiciones eróticas o teniendo alguna interacción sexual con su pareja.
