Varias llamadas de teléfono anónimas fueron realizadas desde Ciudad Obregón para advertir que se habían colocado bombas en los planteles del Colegio de Bachilleres en el Sur de Sonora.
Aunque las autoridades tomaron el caso como bromas de mal gusto, se hicieron inspecciones en los planteles e incluso en el de Ciudad Obregón, ubicado en la calle Jalisco, se evacuó a los estudiantes y empleados.
Como se esperaba, todo resultó una broma que ocasionó contratiempos.
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