ARIVECHI.- Con todo y su diario batallar contra la falta de empleo, los habitantes de Arivechi vivieron este viernes la pasión y muerte de Jesús.

La inmolación de quien hace más de dos mil años rescatara a la humanidad de sus pecados, fue escenificada una vez más.

Rafael Núñez Montenegro representó en esta ocasión a Cristo a lo largo de las trece estaciones en que fue humillado y azotado hasta ser crucificado.

En “la lomita”, una de las zonas más altas de Arivechi, cuyas cúspides de la parroquia de Santa Rosalía sobresalen, fue montado el escenario para representar la crucifixión.

A lo largo de la vía dolorosa, la virgen María, representada por Yalitza Núñez Montenegro, suplicaba evitar el dolor para su hijo, pero los soldados romanos ni se inmutaban.

Cada latigazo representaba, de acuerdo a lo que leía una de las fieles de la parroquia conducida por el padre Daniel Ruiz, los pecados de la humanidad perdonados con el sacrificio del hijo de Dios.

Y, como en muchas parroquias del mundo, el via crucis se convirtió, una vez más, en algo más que una representación para lograr en los asistentes la necesidad del arrepentimiento.

En Arivechi, los pocos pobladores y los visitante que este día se congregaron, vivieron una pasión de Cristo distinta, alejada de los escenarios citadinos de recreación y diversión en plena Semana Mayor.