Tras 16 años de abstinencia, y si existe agua suficiente, ya se puede volver a sembrar soya en verano en el sur de Sonora, con escaso riesgo de ataque de la mosca blanca.
Lope Montoya Coronado, jefe del Campo Experimental “Norman E. Borlaug”, destacó que desde 1994, en ocasión de un devastador ataque de la mosca, no se ha vuelto a sembrar soya comercialmente en esta región.
Pero el año pasado ya se hicieron pruebas con variedades de soya resistentes a este insecto como la Cajeme, Suaqui, Embrapa y Náinari, indicó.
Resultó que las variedades con mayor rendimiento fueron la Suaqui y Embrapa, destacó, con 2.2 y 2.1 toneladas por hectárea, respectivamente.
La Náinari resultó con rendimiento de dos toneladas por hectárea y la Cajeme, con 1.7, manifestó.
En el muestreo directo de mosquita blanca, se obtuvo un grado de infestación poco significativo, afirmó, bajo el criterio de cuatro adultos por hoja, mayor o menor, que establece el Plan Regional del Sur de Sonora para mosquita blanca y paratrioza.
Otros cultivos
Junto con soya se investigaron cacahuate, jamaica, ajonjolí y arroz como alternativas de siembra durante el verano, puntualizó.
Los productores se quejan de no tener opciones de siembra para el verano, pero con estas investigaciones ya se podrán establecer otros cultivos.
Afirmó que en jamaica, por ejemplo, se llegó al análisis hasta la etapa de floración y se obtuvo semilla, pero no se determinó cuál fue el rendimiento, pero seguirá el estudio este año.
En cacahuate, los mejores rendimientos fueron en las vaiedades Virginia Mejorada y Río Balsas, con 1.7 y 1.3 toneladas por hectárea, en ese orden, señaló.
El ajonjolí sembrado el 26 de mayo tuvo sus mejores rendimientos en las variedades C431 AB-1, Pachequeño y Pachequeño criollo, refirió.
Y en las sembradas el 31 de agosto, los mejores rendimientos fueron los de Breve Grande, Cárdenas y Pachequeño San B, manifestó, pero los estudios siguen.
Y en arroz, inicialmente se le regó con la misma lámina usada para soya, de 85 centímetros, indicó, pero fue insuficiente y se incrementó hasta 190 centímetros.
En todos los casos, sostuvo, el arroz no emitió hijuelos suficientes para cubrir la cama y competir con la maleza, lo cual le hizo poco rentable.
Es necesario evaluar variedades de arroz con bajos requerimientos de agua, como los usados en condiciones de temporal, con precipitaciones menores a 500 milímetros durante el ciclo, puntualizó.