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Las verdades del Mayo Zambada; Scherer, el único que ha podido acribillar al capo en su madriguera…pero con preguntas! No he leído en su totalidad la entrevista que el Mayo Zambada le concedió a don Julio Scherer, pero como a la mayoría de los mexicanos les habrá sucedido, me cayó un veinte de aquellos que circulaban en los sesenta, cuyas proporciones eran mucho más grandes que las monedas actuales y con los que no alcanza, ya no a comprar nada, sino a mendigar un madrazo. Para decirlo al estilo breve y conciso de don Fernando Marcos, aquel veterano de la crónica deportiva; el país se halla en un laberinto sin salida, atrapado entre los miles de tentáculos del narcotráfico en el que no parece haber escapatoria porque el cáncer delincuencial que nos arropa y asfixia, nos sitúa de facto en la contundente realidad en el que la corrupción somos todos. Y, que si hay mensaje en las palabras del Mayo? Por supuesto. Y en donde su principal destinatario es ni más ni menos que el mismo Felipe Calderón. El mensaje es uno solo: la lucha en contra del narco, en contra del chapo y el resto de las grandes células del narcotráfico está perdida. No hay mucho por hacer. La razón es entendida y aunque viejo el ejemplo, no pierde vigencia. Es el clásico tipo al que alguna vez le dimos posada en la cochera de la casa para que pasara la noche por consideración a su condición de indigente; al rato lo pasamos al comedor y un mal día nos lo encontramos en la recámara, probándose lo mejorcito de nuestros trapos. Así llegó el narcotráfico a nuestras vidas y es un hecho que de cada diez familias en México, seis tienen algún nexo, ya sea directo o indirecto con los barones de la Cosa Nostra. Ya sea en calidad de parientes, amigo, socio o patrón, como en la mayoría de los casos. Y por supuesto, siendo tan plural como es nuestra democracia, los tenemos también al frente o detrás de una campaña política, como padrino y financiero de algún aspirante a alcalde, diputado, senador, etc y en el extremo de los casos, como alcalde o alto funcionario público en funciones. El país está lleno de estos ejemplos. Y al igual que el Mayo -según confesaría a don Julio, en su finca veraniega del monte en donde tuvo lugar la entrevista del siglo—se iniciaron en el narcotráfico, “nomás”. Nomás? – Preguntaría sonriente Scherer. Nomás. Sentenció finalmente el hombre más buscado por “ todas” las policías de México, pero que frecuentemente se da el lujo de platicar, largo y tendido con su compinche y compadre, el Chapo Guzmán. El otro mensaje que no tiene desperdicio aquí es que, mientras policías locales e internacionales ponen precio, en millones de dólares, a las cabezas del chapo y el Mayo, éste último le preguntó si querría una entrevista con el Chapo. Ahora vine a verlo a usted—Le dijo el fundador de la revista Proceso. -Pero le gustaría ver al chapo? Insistió el Mayo. -Por supuesto que sí- Reviró don Julio. Y como quien decide hablarle al compadre que está a un solo timbrazo de teléfono, Zambada le dijo que en breve se comunicará con él, para lograrle la entrevista.
Y, como suele suceder. El Mayo Zambada confirmó la otra sospecha que desde hace mucho vive en el imaginario nacional: La de Zambada, se intuye, no es una fanfarronada o una hablada más para que alguien venga y le cante un corrido mañana en el que lo declaren rey de reyes . Insisto; lo del Mayo es un mensaje, directo al Plexus del gobierno de Calderón. Por una sencilla razón: La entrevista no se realizó kilómetros debajo de la corteza terrestre en un viaje submarino de 40 mil leguas. El Mayo y el narcotráfico están latentes en todo el territorio nacional, pero curiosamente ahí en donde nada más puede llegar Julio Scherer García. El único que ha podido acribillar al Mayo... Sugerencias y comentarios: premiereditores@hotmail.com o al celular, 6449972972 |
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