Por las venas de José Humberto, un jovencito de 17 años, corre sangre de artista.
El es una promesa de las artes plásticas nacionales, a la altura de los grandes muralistas, por eso no resiste la tentación de trazar sus dibujos en las paredes de los vecinos.
Como todos los artistas José es incomprendido y por eso lo detuvieron y se lo llevaron al edificio de Seguridad Pública, después de ser denunciado por Arnulfo Naranjp Flores, vecinos del fraccionamiento Las Brisas, quienes argumentó que el tal José es grafittero y le había rayado los muros exteriores de su casa.
Cuando los policías fueron por José, éste trató de resistirse a la detención implorando más respeto para su talento creativo, pero los agentes no entienden de estas cosas y optaron por subirlo a la patrulla.
Así es el precio que tiene que pagar un artista desconocido. Pero algún día lo veremos exponiendo en las grandes galerías de Nueva York, París y Quechehueca.
Le caen al Quique Mexía
Enrique Mexía Escalante de 29 años, vecino de la colonia Luis Echeverría, caminaba tranquilamente por su colonia cuando al pasar frente a la casa de Maritza Cisneros vio un teléfono celular sólo, sin compañía, y de ésos que sirven para tomar fotos, filmar videos y sacar faxs.
Como el Quique es muy compasivo, sintió lástima por el abandonado telefonito y se lo llevó para cuidarlo mientras aparecía el dueño. Pero éste no apareció y Quique tuvo que vendérselo a un alma caritativa en 200 pesos.
Todo hubiera salido muy bien si no fuera porque Maritza reclamó que el celular era de su propiedad, llamó a los agentes de Seguridad Pública y éstos ni tardos ni perezosos se llevaron al Quique, quien pagará con unos días a la sombra su costumbre de coleccionar objetos alejados de sus dueños.
|