Un nuevo fenómeno económico toma forma y está determinado por el flujo de migración de mexicanos hacia Estados Unidos.
Se está creando un sistema financiero binacional, que empezó con el pago de remesas y ha evolucionado a productos más integrados.
''Es muy importante el potencial'' de ofrecer servicios financieros a familias que están separadas por la frontera geográfica, comenta Luis Peña Kegel, director general del Grupo Financiero Banorte.
En el último año los bancos que operan en México pagaron remesas por 23 mil millones de dólares. Cálculos de la Asociación de Bancos de México (ABM) estiman que la cifra subirá a 26 mil millones de dólares en 2007.
Aunque este flujo de recursos ha crecido en los últimos meses a un ritmo más lento (8 por ciento de incremento anual en enero de 2007 frente a un aumento anualizado de 26 por ciento en el mismo mes de 2006), Peña Kegel considera que el menor dinamismo en las remesas es meramente temporal, asociado con la desaceleración de la economía de Estados Unidos.
Banorte, anuncia su director general en entrevista con La Jornada, va a poner sobre la mesa la posibilidad de que un emigrante mande a su familia dinero totalmente gratis.
''Van a ser 15 o 20 dólares más que llegarán a la familia al no pagar comisiones''.
Junto con las remesas, esta institución, la única entre las cinco principales del sistema que es de capital mexicano, ha ampliado su gama de ofertas a la comunidad de mexicanos en Estados Unidos, con mayor fuerza desde la adquisición en noviembre de 2006 del Inter National Bank, institución con sede en Texas. Antes, en abril, había comprado UniTeller, una firma de envío de remesas.
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