La belleza de Patricia Llaca, la conducción de Ricardo Rocha y, de manera sobresaliente, las canciones de Enrique Guzmán, detonaron el buen ambiente y la alegría de miles de cajemense que asistieron al CUM para participar en la grabación del programa "Animal Nocturno", que transmite TV Azteca.
La noche pudo haber sido perfecta para el espectáculo si no hubiera aparecido en su momento la sombra del acueducto del Novillo.
Desde temprana hora alrededor de cuatro mil 500 personas acudieron a la cita para pasar una velada agradable con el elenco de "Animal Nocturno", donde Rocha, la Llaca y el Guzmán son los estelares.
A diferencia de otros espectáculos donde el programa va de menos a más, aquí fue de más a meos pues el "abridor" fue nada más y nada menos que el señor Enrique Guzmán.
Sus baladas que alguna vez fueron grandes éxitos prendieron la algarabía del público, en especial de las mujeres que se dejaron seducir por el romanticismo de "Oye", "Lo sé" y otras.
Para rematar Guzmán cerró su participación con "Popotitos" y "La Plaga", suficientes para que las damas del público se levantaran de sus asientos. Mujeres de cuarenta o más años recuperaron su vitalidad juveil y se levantaron de sus asientos para bailar al ritmo del nostálgico rockanrol.
El programa continuó con un trío juvenil, "Las Reinas" y enseguida música oldie. En las pausas, la belleza y la estudiada coquetería de Patricia Llaca era el centro de atención de hombres y mujeres. Ella se dejaba querer y no se negó a posar varias veces para las cámaras digitales de los asistentes.
Luego vino el momento difícil cuando se presentó en las pantallas gigantes del CUM una entrevista de Rocha al Gobernador del Estado. Al momento que Padrés se refirió al acueducto vino una reacción de rechazo por una parte del público,que persistió en su actitud cuando se mencionó al alcalde Manuel Barro.
El incidente fue celebrado por unos y criticado por otros. Muchos coincidieron en lo inoportuno que había sido presentar la entrevista. Pero el daño estaba hecho y se veía venir pues desde antes de inciar varios activistas del No al Novillo paseaban sus pancartas entre el público que ingresaba al CUM y las volvieron a exhibir en el interior.
La función continuó.
En pocos minutos ya nadie se acordaba del detalle pues una banda de música oldie puso a bailar a muchas mujeres y aquello se convirtió en una fiesta.
El programa continuó con sus acostumbradas secciones, mientras Rocha y la Llaca exhibían su habilidad como conductores. Ella siempre coqueta, siempre bonita.
La banda oldie interpretó un himno de las mujeres, "I will survive", y las chicas saltaron nuevamente de sus asientos para mover el esqueleto.
Pero la diversión no pudo ser compartida por todo el público.
De nueva cuenta, como en otros espectáculos masivos realizados en el CUM, se hizo evidente la pésima acústica y la ausencia de un buen sistema de ventilación en este inmueble que nos costó casi 200 millones de pesos.
Para ser precisos, la diversión fue de quienes estaban en la parte baja y frente al escenario. Los que se sentaron en las gradas altas y a los costados apenas alcanzaban a escuchar.
El programa fue perdiendo fuerza con los últimos participantes hasta acabar con la retirada del público y la despedida obligada.
La gente empezó a salir, contenta y de poco a poco, comentando los incidentes. En la calle, entre el tráfico y los agentes de tránsito, los activistas del No al Novillo seguían gritando sus consignas con aparatos de sonido.