El gesto de solidaridad hacia los habitantes de Hermosillo, a quienes desde el Valle del Yaqui les enviaron seis pipas de agua para que mitigaran su sed, no fue bien aceptado en la capital naranjera.

Y es que según los destinatarios de la acuosa ofrenda, el regalito iba sucio.

El agua que transportaban las pistas no servía para beber ni hirviéndola a 200 grados, comentó un hermosillense poco agradecido.

El agua, al parecer tomada del canal Bajo, llevaba residuos de tierra y de organismos microscópicos. No era agua potable, pues.

Fueron seis pipas con capacidades desde los 10 mil a los 12 mil litros de agua potable, acompañados de familias enteras entre mujeres, hombres y niños, los que desde Ciudad Obregón y hasta Hermosillo, llegaron para hacer la distribución del recurso para quienes radican en colonias de la periferia como Red 2000, Guayacanes y Miguel Valencia..

Un bello gesto de solidaridad, pero los beneficiarios dijeron "nones".