Este martes Cajeme amaneció sin servicio de autobuses urbanos.
A pie, en bicicleta, en “aventones”, en las patrullas, en lo que se puede, los estudiantes y trabajadores acuden a sus destinos.
Los transportistas, enfrentados entre sí y con el gobierno del Estado, decidieron no dar el servicio hasta que haya una solución a la falta de una tarifa adecuada.
Mientras tanto, el usuario sufre las consecuencias.
Armando Contreras García, dirigente del SUBA en Cajeme, indicó que las circunstancias orillaron a este paro.
Por un lado, ni el gobierno del estado ni los diputados locales responden a sus demandas de subsidio o tarifa nueva y, por otro lado, el nuevo dirigente de la empresa, impugnado por el 40% de los socios, les canceló las cuentas bancarias.
No tienen para pagar sueldos ni a los proveedores, indicó, por lo cual tuvieron que hacer el movimiento.
El alcalde Manuel Barro Borgaro anunció a través de la radio que todas las unidades móviles del Ayuntamiento -patrullas, camionetas de Oomapasc y de Servicios Públicos, entre otros- serán improvisadas para transportar a la población.