Fueron pocos, muy pocos, como han sido desde que ocurrió la tragedia, hace ya un año.

Un número reducido de ciudadanos cajemenses rindió homenaje a los 49 niños fallecidos en el incendio de la guardería ABC de Hermosillo.

Sólo unos cuantos, nada más, pero suficientes para elevar el significado de la solidaridad en estas tierras donde mueven más otros intereses mundanos y de controversia política que el clamor de justicia para las víctimas y sus familias.

Fueron pocos pero fueron los mismos de siempre. Los ciudadanos que desde el primer día eligieron dar la cara y salir a la calle para expresar su dolor por la tragedia.

Así marcharon varias veces por las calles de Cd. Obregón, sin importarles la indiferencia de la clase política y de la mayoría de los medios de comunicación.

Así volvieron este día, ahora para clavar 49 cruces en la Laguna del Náinari y pasar lista a los niños muertos en el incendio. Cada nombre es un grito ardiente:

¡No debió morir!