Mientras la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH) responde con evasivas a las protestas contra la policía de Cajeme, en los hechos la corporación fundamenta con golpes el por qué de las quejas.
El abogado Carlos Amaya Guillén indicó que la queja CEDH/OR/059/2010 interpuesta el 25 de mayo por la inconstitucionalidad de los retenes policiacos, sólo mereció una solicitud de más requisitos de parte de la CEDH para poder darle entrada.
Para recibir la queja, expuso, la CEDH solicitó que de nueva cuenta fuera remitida al titular, Raúl Ramírez Ramírez.
O bien, expuso, que se pusiera la dirección del organismo y el nombre de todas las personas agraviadas por la policía, como si una sola queja no fuera suficiente para proceder a investigar.
También le pidieron indicar claramente su domicilio, cuando en la queja enviada ya iba en el membrete, y que expusiera con claridad el problema, lo cual sólo delata que no leyeron bien el documento pues más adelante piden de nuevo dar la fecha de los hechos denunciados.
“Haciendo eco a todos los requisitos que se me están solicitando y que describo con anterioridad presumo que ese organismo no tiene la sensibilidad social que se requiere para la protección de los derechos humanos plasmada en la propia Constitución”, afirmó.
Y mientras la CEDH le da vueltas al asunto, expuso, los policías de Cajeme dan pie a más quejas, como la del fin de semana pasado cuando golpearon a unos jovencitos y ya se visualiza desaparecer la Unidad de Reacción Táctica de esa corporación.