Alternan acuicultura y agricultura
Francisco González Bolón
Sábado 12 de Junio de 2010

LA PAZ, BCS.- Una vez concluida la cosecha de tilapias, los ejidatarios utilizan el agua, rica en fósforo y nitrógeno, para la siembra de maíz.

O bien, en el mar los “alimentos residuales” de la producción de moluscos son usados para la producción de microalgas mediante las cuales se producirán biocombustibles.

Y es que ante la alta demanda de alimentos de parte de una creciente población, más que considerar enemigas a la pesca, la acuacultura y las actividades agropecuarias, se les debe vincular.

Durante el Foro Nacional de Pesca y Acuacultura, Francisco Javier Magallón Barajas, científico del Centro de Investigaciones Biológicas del Noroeste (Cibnor), considera que los retos deestas actividades  hoy en día son muchos.

El primero de ellos, proveer alimentos sanos a la población, así como producirlos con calidad para  abatir enfermedades que, como la diabetes o las cardiovasculares, amenazan con diezmar a los seres humanos.

Pero también deben generar esos alimentos en una red de valor para romper con esquemas como los altos costos de producción y bajos precios de las cosechas, sin que a la población le sirva de algo saber que los precios del camarón en el estanque son bajos, pero en el supermercado siguen muy caros.

Debe, por lo tanto, fomentarse el consumo interno de camarones a precios bajos, enfatizó, mediante estrategias de comercialización adecuadas, como la unidad con los centros de venta.

Y es que la idea generalizada es que los camarones son portadores de colesterol, sostuvo, cuando en realidad es una rica fuente de nutrientes para el cuerpo humano y su colesterol no es de los que dañan la salud.

Si se consume más camarón en el país, puede pasarse de 1.4 kilos percápita al año a por lo menos cinco kilos por personas, declaró, y se benefician la economía de los productores y de los consumidores al mismo tiempo.

En el encuentro, organizado por la Unión General Obrero, Campesina y Popular que dirige Miguel Ángel Castro Cosío en el país, indicó que hoy en día lo más importante es la vinculación entre los productores.

El respeto al medio ambiente es fundamental, indicó, y no considerar que los residuos de las granjas acuícolas representan una amenaza para la ecología u otras actividades productivas.

Por ejemplo, la dependencia de la harina de pescado para alimentar a los camarones y la ineficiencia en la producción hacen que por cada cinco kilos de alimentos, cuatro de fósforo y nitrógeno sean considerados “residuales”.

En la producción de tilapia en aguas continentales, sostuvo, esa agua llena de nutrientes puede usarse para el regado de cultivos.

Ya existen incluso invernaderos hidropónicos que usan esas aguas para regado y producen hasta 600 toneladas de tomate al año, cuando en condiciones normales son 120 toneladas.

No hay necesidad de llevar esas aguas residuales de la acuacultura al mar, sostuvo, sino que se pueden aprovechar ampliamente como  nutrientes para las plantas.

Los investigadores del Cibnor están dispuestos a aportar los avances de sus investigaciones para lograr el incremento de la producción nacional, manifestó.

 
 

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