Cansado, hambriento, “David” se tiró en el suelo debajo de un mezquite en la banqueta de la Distribuidora Chapa.
Su labor en el incendio de la empresa y parte de los multicinemas MM, en plaza Goya, había concluido.
Como bombero de Ciudad Obregón, este miércoles 16 de junio lo recordará como uno de mucho trabajo.
Y es que prácticamente desde las 11:00 horas había comenzado su tarea de combatir el fuego, primero en la comisaría de Providencia, en un solar baldío.
Luego acudieron a uno más en la calle Querétaro, entre 6 de Abril y 200, y a otros dos más en la colonia Tepeyac.
Cuando ya se aprestaban a recargar de agua las cisternas de las bomberas, a eso de las 13:10 horas, sonó de nuevo el teléfono en las oficinas para avisar del incendio en la comercializadora de víveres.
Sin esperar mucho tiempo ni reparar en el hambre y el cansancio, los bomberos salieron a toda prisa para encontrarse de nuevo con las llamas.
Los primeros reportes hablan de que el fuego comenzó en un patio común entre la comercializadora y la Bodega Aurrerá, junto a la plaza Goya, donde estaban estibadas muchas tarimas de madera y cajas de plástico.
Algunos testigos del inicio de la conflagración indicaron que los empleados sólo corrieron a salvarse y dejaron tirados los extinguidores sin quitar de en medio algunas tarimas cercanas a la pared de la Distribuidora Chapa.
Corrían, se indicó, ante el temor de que el fuego alcanzara un depósito de diesel de dos mil litros ubicado cerca del sitio donde se disparó el problema.
Cuando los bomberos llegaron, se dijo, las llamas ya habían alcanzado las paredes de la empresa y pronto invadieron también las del multicinemas y al parecer otras empresas ubicadas en la plaza Goya.
Es al menos la tercera ocasión en que se quema la Distribuidora Chapa.
En esta ocasión, elementos policiacos ayudaron a la evacuación de las empresas de la plaza, por lo cual se evitó que hubiera desgracias personales.
Incluso los empleados de la empresa Home Depot comenzaron a echar agua en las paredes con las mangueras de sus instalaciones para evitar el arribo del incendio.
Mientras tanto, los bomberos trataban a toda prisa de apagar el siniestro pero el agua se acabó pronto debido a que ya venían de los otros cuatro incendios.
Pronto, pipas del Ayuntamiento comenzaron a surtir una cisterna colocada en medio de la calle y llegaron posteriormente apoyos de los bomberos de Navojoa, Bácum, San Ignacio Río Muerto, el aeropuerto y Petróleos Mexicanos.
A lo lejos, advertidos por los elementos policiacos de no pasar la línea amarilla, los cajemenses observaban atemorizados el incendio y recordaban el de VH en la plaza Tutuli el 11 de agosto de 1997, con saldo de nueve muertos y varios heridos.
En esta ocasión la fortuna quiso que las consecuencias del incendio en la comercializadora Chapa sólo tuvieran un saldo de cuatro bomberos intoxicados con el humo y leves quemaduras de sus vías aéreas.
Eso sí, todo el personal estaba muy cansado y hambriento pues la intensa labor de toda la mañana amenazaba con extenderse hasta entrada la tarde, cuando el fuego finamente quedó controlado totalmente.