Entre la satisfacción del agradecimiento por las obras iniciadas y la protesta contra el acueducto El Novillo, el gobernador del Estado dijo que son más los que trabajan con él en las coincidencias.

Guillermo Padrés Elías realizó este viernes una gira de trabajo en la que puso en marcha el programa Creser en Cajeme y Navojoa, así como las obras de pavimentación de la calle 400.

Y en ambos sitios, la sombra del Novillo no le dejó en paz.

Manifestantes con cartulinas en las cuales reclamaban atención al sentir popular de no enviar el agua que no sobra, le recibieron en el Centro de Usos Múltiples.

Con una sonrisa en los labios, el mandatario estatal saludó a algunos de ellos pero hizo como que no escuchaba sus reclamos.

Custodiado a más no poder, pudo ingresar al sitio donde se realizaría la ceremonia del Creser, durante la cual los gritos de los quejosos seguían por la calle Sufragio.

A la salida, Padrés Elías intentó de nuevo la misma estrategia del saludo con una amplia sonrisa, pero esta vez los reclamos eran un poco más airados.

Sus guaruras intentaron disuadir, de todas las formas posibles, un acercamiento de la gente.

Los pleitos entre los guardaespaldas y los vecinos del No al Novillo fueron evidentes, agrios, debido a que los guardias casi los golpeaban al empujarlos.

Entre el tumulto, Padrés Elías subió al camión mientras un asustado Roberto Romero, asesor técnico del gobernador, observaba desde arriba del camión oficial las manifestaciones ciudadanas.

En el evento de la calle 400, el mandatario dijo a los reporteros que ya están comprobado que son miles de sonorenses los que están con su propuesta para solucionar el desabasto de agua para la entidad.

Escuchó a Cuauhtémoc Cárdenas en su encuentro con los yaquis, sostuvo, y le concede la razón, por lo cual no se tocará una concesión de los usuarios del Distrito de Riego del Valle del Yaqui.

Agradeció al Movimiento Ciudadano por el Agua haberle hecho ver los detalles del programa Sonora SI, expuso, pero ya se dio cuenta de que quienes protestan ya tienen otro fin y son una minoría.

Deseó buena suerte a quienes emprendan una protesta en tractores hacia el presidente Felipe Calderón, quien de seguro los atenderá muy bien.

Lo lamentable es que muchas obras de modernización del Distrito de Riego ya no podrán ejecutarse y equivalían a una derrama económica de mil 300 millones de pesos, expresó.

A la salida del sitio, Padrés Elías volvió a enfrentar las manifestaciones de descontento de quienes se oponen al acueducto.

Pero a él eso ya poco le importaba pues iba reconfortado con el saludo de decenas de cajemenses que fueron llevados ex profeso a las ceremonias y a muchos de los cuales le tendió la mano, recibió y dio besos o abrazos.

Con ellos ya se trabaja en otras obras y programas, afirmó, sin prejuicios ni ideologías de por medio y sabedores de que nadie va a perjudicarlos.