De las agresiones a los presidentes de la república, la que recibió Echeverría en Ciudad Universitaria de la ciudad de México no tiene parangón en la historia. El hombre que se discutió por su falta de congruencia en el decir y el hacer fue recibido por una nube de piedras en los momentos en que se disponía a establecer un diálogo con los estudiantes, a los que habría de apalear, a punta de  bayoneta, años después en lo que sería su segunda arremetida en contra del estudiantado. La primera la había asestado siendo secretario de Gobernación con el hombre que habría de suceder en los Pinos, don Gustavo Díaz Ordaz, personaje también de triste memoria en los anales universitarios.

Generalmente, este tipo de agresiones (verbales, en su mayoría), suelen ocurrir meses después de que los ex mandatarios han entregado el poder (por fortuna) y en este sentido le corresponde a López Portillo el primer lugar en tratándose de mentadas y gritos altaneros con la única intención de cobrarle, al que se fue, de alguna manera. los agravios sufridos por la patria. En el caso de López Portillo se distinguió más que nada por su acendrado nepotismo, esto es, la colación de sus familiares en puestos de gobierno como fue el caso de su hijo, a quien durante todo el sexenio cobró ( que no se desempeñó ) como subsecretario de Hacienda y dijo de éste, cuando alguien se lo recriminó en público y a través de algunas columnas políticas, que sencillamente su hijo, “ era el orgullo de su nepotismo”. Pero no solo a sus consaguíneos mantuvo en la nómina ganando desorbitantes sueldos y prebendas. Coquetón, como siempre fue, hizo de una de sus amantes preferidas, ni más ni menos que Secretaria de Turismo; Rosa Luz Alegría, se llamó la mujer, misma que por cierto, apenas concluido el descarriado mandato de don Pepe, no se supo más de ella. Por supuesto que don José no podía quedar mal con su hermana y ya encarrerado en el abierto nepotismo, la nombró Directora de Radio, Televisión y Cinematografía, aun cuando sus únicos méritos eran el haber conocido, de fuera, una cabina de radio y haber visto, de lejos, un guión cinematográfico y una cámara de video. Como en el penúltimo de sus informes, moco tendido, juró defender el peso como un perro, se ganó fácilmente el mote de El Perro y el que la gente le ladrara cada vez que le veía acompañado de la última de sus amantes y con la que finalmente se casó; la actriz Sasha Montenegro. En pocas palabras, cualquier parecido o semejanza con lo que ocurre en nuestros días con los que llegaron al poder para cambiar para mejorar, es propiamente mera casualidad. Y si no, que le pregunten a la recién renunciada Patricia Flores, ex jefa de la Presidencia con Calderón y a la que además de los muchos parientes que tenía incrustados en el gobierno federal, ganando, por igual, altero de billetes, está peor que la Moringa o la Sábila, cada vez le encuentran más propiedades y aun así se habla de que la habrán de mandar al servicio exterior. Y viene a cuento todo lo anterior por cuanto a las dos egresiones, verbales que ha recibido Felipe Calderón, las que no dudo en lo más mínimo le han de doler más que la pedrada recibida por Echeverría a manos de los estudiantes. La primera de estas enjabonadas se la dieron en Ciudad Juárez, cuando una de las madres de los niños asesinados en una reunión le encaró para precisarle que él no era bien recibido en Chihuahua. Algo similar acaba de ocurrir, aquí, cuando una de las madres del caso ABC en donde murieron 49 niños lo encaró para que Calderón le explicara lo que entendía por justicia. Debe de ser horrible que cuando el primer mandatario de la nación quiso tomar aire para replicarle a la señora, esta no lo dejó y le pidió otros dos minutos para gritarle sus verdades y que nada tienen que ver con los decretos que firmó aquí el michoacano. Aquí las cosas, le dijo, la mujer, no se arreglan con dinero. Justicia es que corra a ese señor que tiene usted a su derecha (Molinar Horcasita, ex director del IMSS en los tiempos de la tragedia) lo mismo que al actual, y se meta a la cárcel a quienes resulten responsables. La gran pregunta es, habrá tomado nota, Calderón, de los reclamos de la ama de casa?

FIERRITOS EN LA LUMBRE

Hoy deberá andar por Cajeme el ex alcalde de Hermosillo, Ernesto Gándara, el que naturalmente no viene a hacer comparaciones con los calorones que azotan a Cajeme con los de Hermosillo. Menos si, como vemos, desde ayer ya andaban por aquí, en calidad de avanzada, el ingeniero Humberto Meza y el abogado Guillermo Silva en calidad de coordinadores de la gira del borrego. Sugerencias y comentarios; premiereditores@hotmail.com