Jorge Agustín Lizárraga Rocha
Debido al gran éxito que resultó el escrito que presenté (no digo presentamos como algunos falsos modestos dicen para no singularizar sino pluralizar algún escrito, aunque haya sido el singular quien lo hizo) el 2 de julio de 2010 en este Infocajeme sobre la Alianza Perfecta que se debería de dar entre PAN-PRD-PRI, vuelvo a las andadas de sugerir otra estrategia que creo que sería casi tan efectiva como la de la Alianza Perfecta para mejorar el panorama político mexicano, sobre todo en su aspecto electoral.
Voy directo al grano: en México deberíamos de aceptar que se realicen las campañas electorales de manera permanente, es decir que al día siguiente de que tomen posesión de los cargos que se definen por elecciones para cualquier cargo a nivel municipal, estatal o federal, se debería permitir que inicien las campañas para la siguiente administración.
Permítanme me explico. Si en el caso de una administración municipal su inicio es el 16 de septiembre, entonces el 17 se pueden iniciar las campañas para su sucesión, aunque esta se vaya a dar hasta 3 años después.
¿Para qué esperar entre uno o dos años para saber quién aspira a ser el siguiente?
De cualquier manera, al día siguiente de que entre la administración ganadora de las elecciones, serán criticados fuertemente porque al nombrar a su cuerpo edilicio no pusieron a los mejores, según los críticos que brotarán como hormigas en verano en la colonia Villa California, críticos obviamente pertenecientes a los partidos perdedores, que seguro impugnaron las elecciones y no permitieron que los ganadores pudieran dedicar su tiempo a formar su equipo, sino a defenderse y a probar que ganaron las elecciones limpiamente.
¿Qué se ganaría con campañas electorales permanentes? Ahí les van algunas consideraciones:
•Los candidatos siempre son más simpáticos que los funcionarios, pues éstos una vez que toman posesión de sus oficinas cambian radicalmente sus actitudes. Cuando están en sus casas de campaña los candidatos reciben a todo mundo con los brazos abiertos y son receptivos a las ideas para mejorar la situación de la comunidad; los funcionarios una vez que entran a sus oficinas refrigeradas cierran las puertas y solamente pueden ser vistos después de pasar una serie de filtros humanos que bloquean al 95% de los que quieren pasar a platicar con el Sr. Funcionario.
•Los candidatos y sus asistentes se permiten bromear con la ciudadanía, hablan claro y abiertamente, se arriesgan a prometer tomar posiciones difíciles para mejorar las cosas; los funcionarios y sus asistentes son adustos, a veces hasta malencarados y Dios guarde la hora de que se arriesguen a tomar decisiones difíciles para mejorar las cosas, primero tienen que consultar con quien sabe cuánta gente para ver si es posible considerar la posibilidad de que se tome en cuenta el tema para que se agende para definir si se puede tomar una decisión consensuada (busquen esta palabrita en el diccionario y verán que está a todo dar).
•A los candidatos te los puedes llegar a encontrar en la carreta de tacos más cercana a tu corazón y ahí hasta puedes platicar con ellos; los funcionarios ya no se pueden dar ese lujo pues solamente asisten a lugares con salones reservados para ellos y sus comensales, sin acceso a los que no estén en la lista.
•Durante las campañas electorales, la atención se centra en los candidatos y a los funcionarios se les relega a un segundo o tercer plano, lo que permite que a veces se puedan dedicar a trabajar y cumplir con los objetivos que se fijaron cuando eran candidatos, pudiendo en la temporada de campañas de otros llegar a ser eficientes en su trabajo. Imagínense que esto lo pudieran hacer desde el día siguiente al que tomaron posesión, ¿A poco no está atractivo este punto?
•Como los funcionarios recién electos que toman posesión no tienen presupuesto cuando entran a ejercer su administración, entonces no podrían desviar fondos del erario para las campañas de los aspirantes a sucederlos. ¡Dineral que nos ahorraríamos como comunidad! Los candidatos se tendrían que rascar con sus propias uñas.
•El humor de la gente mejoraría positivamente. ¿Se han fijado que durante las elecciones todos tenemos esperanzas? Es común escuchar comentarios en las cafeseadas, tertulias y reuniones de cualquier tipo que ahora sí el Candidato es el Bueno y que no cometerá los errores que el actual funcionario está cometiendo, a lo mejor en la administración entrante ahora sí agarro hueso, seguro que se rodeará de gente buena para los puestos administrativos y todo mejorará, etc.
•Los medios de comunicación tendrían temas permanentes para su difusión, con la derrama económica que esto trae como consecuencia; de esta manera a lo mejor hasta se olvidan de los temas dramáticos, apocalípticos y negativos que se están difundiendo actualmente. Los temas a tratar serán de cómo los visionarios candidatos mejorarán y aumentarán la calidad de vida de los electores si son favorecidos con su voto.
En fin, como siempre, dejo a ustedes que usen su imaginación para ver si es cierto que el vivir campañas electorales en nuestro querido País, el panorama electoral y nuestra vida diaria podría verse mejorada.
¡Ah, por cierto! Acabo de leer que un pre-pre-pre-candidato a la Presidencia de México ya se apuntó abiertamente para las elecciones del 2012, reunió a un número de bien muchos asistentes en la Ciudad de México para preguntarles, y éstos le dijeron que sí (claro que en proporción con el número de habitantes, esos bien muchos del DF serían bien poquitos si el evento se hubiera realizado en cualquier otra ciudad del país).
También me acuerdo que un Ex-gobernador de Guanajuato también empezó su pre-pre-campaña como dos o tres años antes de las elecciones.
Chin….. pido disculpas mi idea original ya fue usada, y acepto que no es tan original, pero de todas maneras….. Se vale soñar que las cosas pueden mejorar en nuestra querida comunidad mexicana.