Muy claro vio fuego de color anaranjada con lila, al momento que oyó el trueno, sintió el golpe y Martín Ismael Parra de 46 años, pegó un grito de dolor.

“Yo estaba en el patio, con un vaso de licuadora hacía un surco para que corriera el agua de la lluvia, había más gente, no sé porqué nada más a mí me cayó el rayo”, expuso.

La lumbre la vio partir del suelo, dijo, se cimbró, lo cual le asustó demasiado, pensó que quedaría mal de los pies al sentir que por ahí vino el golpe y a un costado a la altura de los riñones el dolor se agudizó, esperaba lo peor.

“No me desmayé, quedé tirado en el suelo, a un amigo vecino le gritaba pero no me escuchaba, pensaba que estaba en el baño y me arrastré hasta que me oyó”, explicó.

Como no podía pararse, creyó que se había roto los pies, por la corriente eléctrica, pero sólo se quedó “engarrotado”.

“Estuvo bien feo, como trabajo en la refrigeración ya había sentido cargas de 110 y 120, pero nunca como ésta, en verdad siento que volví a nacer, pensé que iba a morir”, agregó.

Parra a pesar de vivir momentos de incertidumbre, no sintió que la Cruz Roja llegara “en una eternidad”.

“He sabido que a veces se tardan mucho, pero esta vez llegaron ‘de volada’, he sabido que en estos casos no la cuentan, afortunadamente sí la estoy contando”, refirió.

En la cama número 6 del área de urgencias, permanecerá el fin de semana en espera de que evolucione adecuadamente y pueda ser dado de alta.

Ismael salió al patio de la casa 620 de la calle Obregón, entre 6 de Abril y Ejido en Plano Oriente; aproximadamente a las 13:00 horas del pasado jueves, en sandalias, a sentir el agua leve de la lluvia sin esperar que un rayo le cayera encima y menos que sobreviviría.

No sufrió quemaduras, sí un ataque al corazón

Quemadura alguna no tuvo Martín Ismael Parra como consecuencia de la descarga de un rayo, pero sí un pequeño ataque al corazón; reveló Arturo Segura Gortares.

El jefe de urgencias del Hospital General, se mostró escéptico de que el rayo le cayera directamente, pues no registró quemaduras de tercer grado que son características por una descarga.

“Si le cae la descarga directa no creo que sobreviviera, debió recibir descargas del arco que se hace alrededor del rayo”, expuso.

Visiblemente sólo registró en la espalda baja un punto rojo nada más, señaló.

“Va a quedar internado este fin de semana para ver su evolución, aparentemente no le quedarán secuelas, porque no hubo daños a órganos internos”, refirió.

Son 48 horas las que va a estar en observación, dijo, se espera una recuperación completa.

“En toda mi vida como médico no me había tocado un caso como este”, señaló el galeno.

 
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Martín Ismael Parra de 46 años, dedicado a la refrigeración, ya había sentido descargas de 110 y 220, pero no se comparan con la descarga del rayo, a la que sobrevivió sin lesiones de quemadura.