Niños Indigo: racismo esotérico
Carlos A. Quintana
Jueves 05 de Abril de 2007
¿Qué es un niño Indigo?

Esta idea fue inventada en 1982 por una parapsicóloga y definida desde lo mágico y lo esotérico: el color del aura, lo cual impide determinar objetivamente la cualidad “aura índigo”. Luego, este fraude creció a partir del libro Los Niños Indigo de L. Carroll y J. Tober quienes aseguran que se comunican telepáticamente con Kryon, un extraterrestre que les enseña acerca de estos supuestos “nuevos seres”.

Imprecisiones
Todas las definiciones de niños Indigos son vagas y generales, por lo que cualquiera podrá hallar una característica que se acomode al niño que se quiere “diagnosticar”, sobre todo si se tiene inclinación por lo esotérico.
Por ejemplo en el citado libro se dice “Un niño Indigo es aquel que muestra una nueva e inusual serie de atributos psicológicos así como un patrón de comportamiento generalmente no documentado con anterioridad”.
Aunque presentan esto como una definición, en realidad no pasa de un anuncio: no aclaran expresamente cuáles son esos “atributos psicológicos”, ni cuál es el “patrón de comportamiento” indocumentado.

En concreto: nadie pudo dar una definición específica, clara y objetiva sobre qué es un niño Indigo. En correspondencia los pediatras que tratan diariamente a decenas de niños, desconocen a los niños Indigo. Sin embargo, existe un mercado de libros, cursos, videos y conferencias que venden este producto como si fuera real.
Entre la diversidad de versiones se afirma que los Niños Indigo: son extraterrestres, tienen poderes paranormales, no se enferman nunca, son sanadores, no necesitan aprender porque ya saben, son más inteligentes, etc.

Algunos autores también aseguran que son mutantes porque su ADN sería distinto al humano, lo que los convertiría en “una nueva raza de superhombres”, por ello requerirían de tratos y educación especiales, a modo una versión actualizada del racismo de la década de 1940.
Este es uno de los dos aspectos más perjudiciales para los niños “diagnosticados” como índigos, ya que van a ser discriminados y educados como si fueran diferentes sin serlo.
Crecerán con un estigma de superioridad que verán frustrado cuando puedan discernir que carecen de poderes o que son tan humanos como cualquiera.

La otra variable más perniciosa es la sanitaria, ya que cuando se inventó esta idea comercial se remarcó que los niños con un desorden neurológico llamado ‘Síndrome de déficit de atención con Hiperactividad’ en realidad eran niños Indigo.
Esto llevó a que muchas familias dejaran de lado los tratamientos exitosos para este trastorno y adoptaran los consejos de los indigólogos (de los cuales ninguno es médico) al aceptar que su hijo es un ser superlativo, sano y diferente al resto y que merece ser tratado como tal.

En algunos ámbitos, en función de la credulidad presumible del público, las referencias esotéricas o New Age son más sutiles, no se recurre al libreto extraterrestre, pero se mantiene la premisa de la existencia de niños diferentes y superlativos.
Esta adaptabilidad es alarmante, ya que se trata de una clara metodología para conquistar voluntades y demuestra que hay dos relatos: uno para convencidos, con todos los condimentos, y otro para el público general.

Los niños Indigo son un fraude creado por inescrupulosos que no dudan en usar a nuestros hijos y abusar de nuestra credulidad para vender libros o cursos. Nadie jamás pudo mostrar a un niño índigo para que se verifiquen sus poderes. Si usted fue tentado con este cuento le sugerimos que dude, recurra a su pediatra o al hospital de niños más cercano, por compleja que sea la conducta de su hijo consulte a alguien que busque cosas que existen en el mundo.
 
 

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