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Genaro García Luna, el secretario de Seguridad Pública Federal se convirtió en el primer mexicano que salió a responderle a Calderón las preguntas que se hacía en días pasados cuando les pidió a los mexicanos que salgan a las calles a decir quienes son los malos funcionarios de los tres niveles de gobierno que reciben sobornos del crimen organizado. Listado en mano, García Luna, dio pelos y señales. Por el monto de las cifras que dio a conocer ahí se desprenden dos cosas; el tamaño de la bestia a alimentar y el grado de corrupción que envuelve a los cuerpos policiacos: 1277. 27 millones de pesos al mes, esto es, quince mil millones de pesos al año. Algo que seguramente no tendrá muy contentos a los señores jefes de las 165 mil 510 gendarmerías municipales que existen en el país ( incluida aquí, por supuesto, la de Laliput ) es que don Genaro se refirió exclusivamente a los agentes del ámbito municipal lo que los deja en completa indefensión y como únicos beneficiados de la generosidad de los barones de la Cosa Nostra lo que por supuesto, es una verdad a medias. En su informe ante el Foro Internacional “ Hacia un modelo policial para el México del Siglo XXI y ante los gobernadores integrantes de la Conago en el que defendió su propuesta de crear una policía única en las 32 entidades federativas, García Luna dijo que un sueldo digno para nuestros policías sería de apenas unos diez mil pesos mensuales, “de ahí que el déficit salarial tiene que ser soportado a través de la aportación que hace el crimen organizado; eso no lo pagamos y eso es igual a corrupción; ese déficit lo financia el hampa. Hoy en el país la policía sigue operando ganando dos mil, tres mil pesos mensuales; es decir, el coche camina y la gasolina alguien la pone”. Así o más claros don Felipe?. Bueno es la nómina por la que respecta a las gendarmerías municipales, seguramente que en unos días más, don Genaro que en el nombre lleva la fama de generoso nos tendrá que ampliar la información para, en un acto de justicia, decirnos a los mexicanos y a su jefe, el de los Pinos, de a cómo es la tajada del león en lo que respecta a los otros dos niveles de policías que también participan del festín, perdón, en la seguridad del país. Dígase, agentes del Ministerio Público, Procuradores, jefes de grupo, y un etcétera tan largo como la nómina en referencia y de la que en breve nos estará dando cuenta el señor jefe de la Seguridad en el país. Curiosamente, casi en los momentos en que García Luna hacía este tipo de revelaciones, nada nuevas, por cierto, salvo que nunca habían sido reconocidas oficialmente, en Juárez tenía lugar una manifestación por agentes de la Policía Federal Preventiva para protestar, pero no por los bajos salarios, sino por la corrupción y el mal trato que, según los doscientos agentes que protestaban, doscientos, no tres ni diez, doscientos, reciben por parte de sus superiores, concretamente de un comandante de apellido Salomón a quien acusan, de paso, de brindar protección, y no precisamente al asilo de ancianos o a las damas integrantes del orfanato de la localidad. Tampoco se vale que, para demostrarle a Calderón que los señores agentes de la municipal y los alcaldes son los directos responsables de la inseguridad que se vive en el país, éste nos salga con aquella cantaleta de que, “ Yo no estoy en la perspectiva necia de que sea un modelo de policía única estatal. Si a mí un alcalde me dice, yo me hago responsable de combatir el delito y proteger a la comunidad, sale, pero qué creen?; el país tiene 40 por ciento de policías que no combaten el delito, no protegen a la comunidad, y eso es el problema.”. E insiste; “ ahora, si un alcalde se compromete a combatir el delito yo soy feliz”. Y soporta su dicho con estos datos: Los policías que se dedican a perseguir los delitos en el país son los judiciales o ministeriales que suman a lo mucho, 29, 928 agentes, lo que constituyen apenas el 6. 3 por ciento del total de la fuerza del Estado. Y quizás tenga razón, visto el problema desde esa perspectiva, pero habría que distinguir también entre una clase de delito y otro, porque es un hecho que los alcaldes no tienen competencia en delitos del orden federal y tampoco se puede olvidar que la función de la policía municipal sigue siendo de labor preventiva, nunca persecutoria e investigativa. Salvo aquellos casos, claro está, en la que algunos jefes policiacos les da por corretear tortilleros en un afán por meterlos al orden. Bueno, eso es en el lejano imperio de Liliput, que conste, nada qué ver con estas latitudes.
FIERRITOS EN LA LUMBRE La madrugada de este domingo, el mundo conoció la partida de uno de los más grandes compositores que ha dado México en los últimos tiempos. Las generaciones de ayer, las de ahora y de siempre habrán de recordar a Roberto Cantoral García por sus grandes temas como Reloj, la Barca y para mi particular gusto, el más grande de todos, el Triste con el que José José marcó su inicio en el mundo de la farándula. La información que empezó a circular desde las primeras horas de ayer domingo, decían que el autor de Soy lo prohibido que popularizó el Pirulí, había muerto la tarde del sábado, a la edad de 75 años. Queriendo saber más al respecto de Cantoral, padre de la actriz, Itatí Cantoral, ayer muy temprano me comuniqué con su gran amigo y compadre, el compositor sonorense Rosendo Montiel quien de inmediato nos puso al tanto de la vida del compositor oriundo de Ciudad Madero, Tamaulipas. Refiere Montiel que juntos libraron algunas batallas en defensa de los compositores, no solo de México, sino del mundo, pues además de la Presidencia de la Sociedad de Autores y Compositores de México, la SACM, Cantoral ocupó también la Presidencia Iberoamericana de la Sociedad de Autores y Compositores del Mundo y ambas ocasiones Montiel fue un cercano colaborador del hombre que el pasado siete de junio habría cumplido ochenta años de edad y no 75 como se consigna en la información oficial. “Precisamente, -- dice Montiel—el año pasado le festejamos sus 79 años de edad y ahí mismo le dije en forma de broma que más valía que empezara por reconocer su edad real porque al paso que vamos, compadre, yo voy a resultar más viejo que tú y eso nadie nos lo va a creer”. Montiel conoció a Cantoral en 1975, cuando el autor de Yo quiero ser, cifraba apenas los 13 años y el tamaulipeco venía triunfando, ya hecho un señor de la música con el trío Los tres caballeros que formó al lado de Chamín Correa y Leonel Galvez. A Cantoral, le sobreviven además de los miles y miles de seguidores de sus grandes canciones, sus hijos, y todos aquellos que interpretaron sus grandes temas como Marco Antonio Muñiz, José José, Luis Miguel, el francés, Richard Clayderman, cuyo verdadero nombre es Phillipe Pagés, y algunos otros que ya se fueron como Olga Guillot y Víctor Iturbi, entre otros. Sugerencias y comentarios; premiereditores@hotmail.com |
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