Indiferencia
Redacción
Miércoles 11 de Agosto de 2010

Cayó de repente, víctima al parecer de un infarto y allí quedó, tendido sobre el suelo, con la cara al cielo hasta que alguien le puso una sábana encima mientras llegaba la ambulancia a recogerlo.

Se llamaba Juan Antonio Martínez Hernández, tenía 69 años y vivía en la colonia Cumuripa.

Pero eso no era importante para los comensables de las taquerías ubicadas en la calle Sinaloa, junto a los edificios de la Conagua y del Ayuntamiento.

Más importante, por supuesto, era seguir saboreando los ricos tacos dorados y al vapor que allí venden.

El muerto al pozo y el vivo a gozo.

 
 

Copyright © 2006-2024. Todos los Derechos Reservados
InfoCajeme
www.infocajeme.com