En su afán de estar siempre en el lugar preciso y a la hora indicada, justo en el momento cuando lo busque la gente de su distrito, el diputado local armó su oficina sobre ruedas, a la que por ahora llamaremos la "curulmóvil", mientras se le asigna un nombre oficial. O mientras la imaginación no nos alcance para buscar un nombre más apropiado.

Pero el nombre es lo de menos. Lo importante es que nadie podrá decir que no vio pasar el carro del diputado, y si el ciudadano no lo detuvo para pedirle un apoyo o una cita en el Congreso local, pues entonces que no se queje.

Después de esta estrategia de marketing político, sin duda empezarán a surgir imitadores de Félix Rafael, y ya se habla de un regidor suplente que quiere imitarlo. ¡Habrase visto! Con tanto ingenio, sin duda Cajeme, Sonora y México van a progresar mucho en las próximas horas.