La tragedia de Strasburg
Jesús Alberto Rubio / beisrubio@gmail.com
Martes 31 de Agosto de 2010

Dos expertos, Jesús Varona y Jaime Rey, analizan el caso de Strasburg, el chico maravilla que parecía destinado a romper todos los récords y que hoy ha pasado al quirófano para ser operado de su brazo de lanzar.

Jaime Rey:

El colega Jaime Rey, desde Chihuahua, también nos ofrece su opinión sobre Stephen Strasburg:

“Supuestamente borraría todo lo hecho por todos los pitchers inmortales habidos y por haber.

Apenas llegó y con sólo 68 entradas lanzadas para los Nacionales de Washington ya necesita cambio de brazo y le meterán el bisturí.

Terribles las últimas noticias del joven con brazo de 20 mil kilates. Será sometido a la “cirugía Tommy John”. Se perderá el resto de esta temporada y es probable que aunque salga bien, toda la próxima.

Como sea, la magia, el encanto y la expectativa de una esplendorosa carrera peligra. Ojalá no sea así, pero regresará como otro pitcher. Quizá ganador pero ya no extraordinario.

Estará bien aun sin regresar pues le dieron 15.1 millones por su firma, sin mocharse con algún equipo, como los nuestros.


Abundan casos como el suyo y los regresos son penosos. El brazo humano no se hizo para lanzar pelotas a 102 millas por hora. El beisbol tiene dos cosas únicas por lo difícil; batear un proyectil de más de 100 millas. Lo otro, lanzar ese proyectil.

Ambas cosas se pueden hacer y hacerse por largo tiempo con buena mecánica. Strasburg sólo lanzó en las Mayores esas 68 magníficas entradas, 5-3, PCL  2.91, y 92 ponches con lanzamientos de hasta 105 millas. Poco trabajo para desintegrarse.

Su problema es de mecánica. Según el coach de pitcheo de los Indios de Cleveland, su problema es que cuando pone el brazo de lanzar en forma de “L”, ya para impulsarse y lanzar su codo queda más alto que el hombro. Eso contrae músculos y daña hombro y codo.

He analizado muchas fotos de pitchers de todos los tiempos y sí detecto validez en lo que el coach dice. En los lanzadores más duraderos el codo se ve más bajo que el hombro.

En algunas fotos de Jaime García, nuestro novato sensación, se le ve el defecto de Strasburg. En excelente foto del chamaco Luis Heredia en purobeisbol.com, notamos un codo más bajo. Ojalá ambos duren muchos años.

Estas sutilezas son importantes.

La maravilla para muchos es que se llegue a las Mayores con pequeños defectos detectables y corregibles.

Lo que no se entiende es que también allá hay favoritismo y no todos los coaches son seleccionados por su sabiduría. Por ejemplo hay pocos coaches de raza negra supervisando el pitcheo u otras fases importantes.

Además en el camino y, aun en las mayores, los pitchers pasan por varios coaches y algunos cambian lo bueno e ignoran lo malo.

Los peloteros son tercos y renuentes a corregir lo que les funciona. La mayoría saca outs y cree que con eso basta. Sin sufrir dolor pocos buscan correcciones posibles. Managers y coaches suelen decirles, “hazlo como te sientas cómodo”.

 Este consejo más veces que no es peligro. Se evaden responsabilidades por flojera o por falta de conocimientos. Pero lo cómodo de hoy en los pitchers puede ser su desgracia del mañana.

Nolan Ryan, Roger Clemens, Walter Johnson y otros lanzadores de poder han lanzado rápidas de cien o más millas durante más de 20 años promediando hasta más de 150 lanzamientos por juego con mecánica ideal.

Su balance y todos sus movimientos siempre perfectos. Arte pictórico en movimiento. Perfección alcanzable por pocos y con mucha práctica.

A Fernando no se lo acabó Tom La Sorda. Lo acabó el tirabuzón, el más dañino de los lanzamientos.

Exageran los límites de lanzamientos. Son más dañinos 35 lanzamientos con una defectuosa mecánica que 135 con una correcta.


Ver lanzar a Sandy Koufax era como ver ángeles bailando ballet: Perfecto en todos sus movimientos lanzaba con fluidez con naturalidad.

Pero hizo evidente que no se puede violar la naturaleza y lanzar no es natural. Koufax se retiró joven y se habló de un brazo artrítico, sólo uno, el de lanzar.

En mi libro, “El Majestuoso Arte del Pitcheo”,  señalo que lanzar es un arte científico. Algo que no se puede practicar sin perfecta coordinación y largo aprendizaje.

¿Por que Dios no haría el brazo ideal para lanzar o bajó a enseñar como hacerlo sanamente?

 

Jesús Varona:

Se veía venir esta operación, dado al estrés generado por esas  facultades. Vinieron las comparaciones de un verdadero fenómeno. No es la primera vez que pasa, que los reflectores de la fama, obnubilan (ofuscamiento) momentáneamente a los famosos. Puede recuperarse muy bien, como otros, pero está por ver el desarrollo de esa  convalecencia y el nuevo ajuste somático y psíiquico. Es una lástima. Pero el género humano está lleno de este tipo de sucesos. Seguramente sus  facultades y su  propia  voluntad, junto a la pericia de los doctores, despejarán (en el Caso Strasburg), este dilema”: Jesús Varona.

 
 

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