Lo bajan del cielo
La vida le sonreía a Sergio Alberto Robles Toledo (36), todo era bello y él se sentía más rico que Carlos Slim y más carita que Jaime Camil.
Claro, andaba bajo los efectos del crystal y en su alucine hasta creyó ver dos angelitos que se acercaban a él y lo llevaban a pasear en un carruaje celestial.
“Estoy en el cielo”, pensó…
Pero ¡no! No estaba en el cielo sino en la colonia Misión del Sol, y los angelitos que creyó ver no eran más que dos agentes de Seguridad Pública que lo subieron a la patrulla para llevarlo a Seguridad Pública, donde le fue decomisada una porción de crystal.
Dónde quedó el amor
Todos los hombres son iguales. Cuando andan de novios son cariñosos y puras atenciones con su pareja, cómo te quiero m’ija, de quién son esos ojitos, a ver dígame quién la quiere, pechocha… Pero nomás se casan y ni quién los aguante.
Si no lo creen pregúntenle a Azucena López y Angélica Baldenegro quienes denunciaron a sus respectivos maridos por golpearlas.
Los acusados son Rafael Álvarez (31) y Alberto Gutiérrez, quienes llegaron a sus respectivas casas en estado de ebriedad y le tundieron a sus respectivas esposas, nomás para demostrarles quién manda en casa.
Y por supuesto, ya que les pasó la borrachera, se mostraron arrepentidos y juraron que nunca más lo volverán a hacer, que no sabían lo que hacían y que a partir de ahora serán esposos ejemplares y otras promesas.
Ahora depende de ellas que sostengan sus acusaciones o se conmuevan ante el arrepentimiento de sus mariditos.
Lo dejan sin telenovelas
Efrén López Morán ya no verá telenovelas, ni películas de renta; tampoco recibirá llamadas en su celular ni podrá bailar con la música que escuchaba en su radio grabadora.
Tampoco saldrá a pasear en bicicleta.
¿Por qué tanta austeridad? ¿Acaso se va a retirar de la vida alegre y se internará en un monasterio?
No, nada de eso. Lo que pasa es que a Efrén le robaron su televisor, teléfono celular, radio grabadora y bicicleta.
Fueron dos sujetos de aspecto cholo los que entraron por el hueco del aire acondicionado a la casa de Efrén, en calle Águila 205 del fraccionamiento Villas del Sol.
Mientras las autoridades investigan el caso, Efrén se aburre y lo único que lo consuela es que ya vio el final de Bety La Fea.
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