Festejos del Bicentenario y la Revolución
Sergio Ibarra
Jueves 16 de Septiembre de 2010

Seguramente que cuando se estableció la comisión de los festejos del bicentenario, en los tiempos en que éste país todavía era gobernado por doña Marta Sahagún y regenteado por Fox, jamás nos imaginamos que apenas a la vuelta de la esquina estaríamos celebrando los doscientos primeros años de independencia, dependiendo de ese otro poder de facto en que se ha convertido el poder del crimen organizado.

Y por si quedara alguna duda, ahí está el fantasma del narcoterrorismo que desde días antes envuelve los festejos patrios y ha obligado a suspender estas festividades en aquellas plazas en donde el gobierno, en sus tres niveles, ha quedado rebasado.

Ayer, para no ir muy lejos, en plena víspera del arranque de la ceremonia del grito, el jefe de gobierno capitalino, Marcelo Ebrard les pedía, a grito abierto, a la mayoría de los defeños, que si podían, se quedaran mejor en sus casas y siguieran desde la intimidad de sus hogares, las fiestas patrias.

Lo que a todas luces podría parecer una soberana incongruencia y absoluta paradoja en la realidad no es más que un grito de advertencia e impotencia:

“Como no puedo asegurar tu tranquilidad ni la de tu familia, lo mejor es que te quedes en tu casa y desde ahí sigas los festejos”.

Otros estados que no escapan a esta psicosis del miedo son aquellos en donde el narcotráfico ha sentado sus reales como son los casos de Tamaulipas, Guerrero, Chihuahua y por supuesto, Michoacán en donde hace dos años se escenificó uno de los más cruentos ataques del narcoterrismo con saldo de varias personas muertas.

Naturalmente que Guanajuato será otro de los estados en donde más se tendrán que extremar precauciones en razón de que la conmemoración estará siendo encabezada por el propio Felipe Calderón y seguramente, acompañado de algunos destacados miembros de su gabinete y algunos representantes de los otros dos poderes de la nación, en este caso, el Presidente de la Suprema Corte de Justicia y el Presidente del Senado, el sonorense, Manlio Fabio Beltrones.


FIERRITOS EN LA LUMBRE

Como ya nos lo han dicho hasta la saciedad mediante convincentes promocionales donde nos recuerdan cuanto somos; materia y esencia con olor a barro, “ porque tú eres México”, éste país está de fiesta desde el primer minuto de este éste dos mil diez que anticipa negros nubarrones en materia de seguridad. Una fiesta, por cierto, a la que el mexicano común y corriente se siente como extraño en su propia casa o como el chiquitín que, al recibir ajeno, el santo misterio del bautismo, es motivo y pretexto de tremendo bacanal al que asiste en calidad de “oyente”  sin derecho a réplica. Y hay grandes motivos para ello. El mexicano de la calle, ese que después de doscientos años de independencia y cien de haber vivido una revolución, tiene muy presente aun que pese a la doble celebración, México se sigue escribiendo con la equis de cruz y de calvario. Parafraseando el promocional de gobernación o de los encargados de las fiestas patrias, al mexicano no se le olvida que sigue siendo el mismo que cien años atrás inició
una emigración del pueblo de sus abuelos que aún no termina, una emigración que la mayoría de las veces tuvo que trasponer fronteras para ponerse a salvo de la hambruna, la miseria y la marginación que no fue posible desterrar con el millón de muertos que costó la revolución.

 El mexicano obrero lo mismo que el campesino tienen presentes sus cien años de soledad  y olvido a que los ha condenado el llamado gobierno de las instituciones, ajeno a la seguridad social, la educación, el trabajo y un techo digno, no obstante a la incumplida promesa escrita con letra muerta en la constitución. El mexicano tiene memoria. Sabe que a cien años de revolución, en pleno siglo XXI, la era de la tecnología y la digitalización no lo blindan contra las balas del hambre , del mortal abrazo de la inseguridad y aprende de Sabines, el chiapaneco, que a plena luz de los viajes espaciales, el pez grande se traga al chico, que la lagartija grande se traga a la pequeña y que el hombre se sigue tragando al hombre.

El mexicano sabe que a cien años de su revolución sigue en espera de los suaves cantos a la patria de López Velarde porque a cien años de ocurrido el movimiento, el olor de la tragedia sigue campeando en los cielos de esa patria añorada por el poeta y sin embargo, sigue aferrado a la risa porque tiene presente aun, pese a los muchos descalabros sexenales que su eterna risa es también la sempiterna envoltura de su dolor callado con todo y la atesorada herencia del diablo que le escrituró los veneros del petróleo. Esos mismos que ahora tienen al borde de la extinción los Hernández Galicia y los Romero de Champs.

Ese es el mexicano de nuestros días, réplica fiel del de hace cien años, el que ya contaba con suelo y patria propia desde hacía un siglo, jubileo por el cual, don Porfirio nos regaló el Angel de la Independencia para dar lugar al nuevo tiempo, al nuevo siglo de la dependencia . Por eso, tu sigues siendo ese remedo de nación que nos legó la represión del 68 de Díaz Ordaz y la repetición de la receta años después con Echeverría y sus halcones; y eres también  la encarnizada persecución de  Vallejo y Jaramillo en los tiempos de López Mateos o eres el mortal episodio de Acteal, lo mismo que el de Aguas Blancas en el gobierno del zedillismo. Y eres, por supuesto, el mexicano que año con año engrosa las miserables filas de los desamparados para recrear la inmortal y descarnada obra de Víctor Hugo bajo el gastado estribillo calderonista “para que vivas mejor”.

Yo por eso, me quedó, mejor, con el mexicano que, a la adversidad le responde como el águila brava de su escudo que se divierte jugando a los “volados” con la vida y a veces con la muerte. De todas maneras, que los cumplas feliz al tiempo que cierro esta parrafada con los versos primeros de  “México, creo en ti”: -- Tu hueles a tragedia, tierra mía, y sin embargo, ríes demasiado, acaso porque sabes que la risa es la envoltura de tu dolor callado.

Sugerencias y comentarios; premiereditores@hotmail.com

 
 

Copyright © 2006-2024. Todos los Derechos Reservados
InfoCajeme
www.infocajeme.com