BÁCUM.- Con la expectativa de obtener entre 250 y 300 toneladas por hectárea, comenzó la siembra de tomate bola en racimo de la variedad Grandela y saladette en racimo de la variedad Savanta en invernadero.

Francisco García Cinco, representante de la empresa Desarrollo Agropecuaria San Francisco, manifestó que este año será el segundo en el que se utilice el sistema de injertos en los cultivos.

De esa manera se evita el uso de bromuro de metilo para el combate de plagas y enfermedades y con ello se detienen los daños al medio ambiente, declaró.

En cinco hectáreas de producción en invernadero y 10 años de operación en el municipio de Bácum, este módulo es de los apoyados para su inicio por Banco Rural, ya desaparecido, y genera cientos de jornales para las comunidades regionales.

Aquí, mediante el sistema de injerto se plantan diariamente mil 600 plantas, destacó, y con esa tecnología el año pasado se evitaron enfermedades y plagas como el fusario raza tres.

Plagas como el fusario y trips no desaparecen ni con el uso del bromuro de metilo, aseguró, por lo cual los injertos han demostrado ser eficaces en esa tarea.

Entre diciembre y enero se harán las cosechas, indicó, y esperan llegar hasta las 300 toneladas por hectárea, como ya ha sucedido.