El guión telenovelero que supone el romance entre Enrique Peña Nieto y su prometida Angélica Rivera no es en absoluto casual: se halla meticulosamente sincronizado con los tiempos del país y se ajusta a un complejo engranaje de ambiciones que tienen nombre: Carlos Salinas de Gortari, Elba Esther Gordillo…
Locación emblemática para este show, por el que Televisa se está embolsando cientos de millones de pesos, es el Estado de México, laboratorio-plataforma mediante el cual el gobernador mexiquense busca lanzarse por la Presidencia de la República en 2012. Las armas del priista son el dispendio, las contrarreformas electorales, la frivolidad…
En una acción perfectamente sincronizada, el territorio del Estado de México se convirtió en menos de un mes en el laboratorio del proyecto de sucesión presidencial para 2012 y en plataforma de lanzamiento de Enrique Peña Nieto.
Las redes políticas y mediáticas de los dos principales ejes del proyecto del mandatario mexiquense –el expresidente Carlos Salinas de Gortari y la empresa Televisa– se enlazaron en el tramo más reciente con un solo propósito: proyectar la imagen de Peña Nieto como un “gobernador eficaz”. Al viejo estilo priista, mediante el mayoriteo en el Congreso local y un dictamen fast track se aprobó un paquete de contrarreformas electorales.
En buena medida, las iniciativas se inspiraron en un modelo propuesto por José Córdoba Montoya, el jefe de la Oficina Presidencial en tiempos de Carlos Salinas; él fue autor de la tesis de crear “mayorías estables” en los congresos y de eliminar los gobiernos divididos, como destaca el artículo “Contra el proporcionalismo”, publicado en el diario Reforma el 11 de abril de este año.
En paralelo, a partir de este mes el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), liderado por Elba Esther Gordillo Morales, pondrá en movimiento una auténtica estructura paralela a la del PRI que comprende las 17 mil 500 casillas electorales en todo territorio mexiquense; incluso el organismo magisterial ya comenzó a recibir apoyos financieros a través del Programa de Apoyo para el Desempeño Académico.
Gordillo Morales negoció su apoyo a Peña Nieto a cambio de que se eliminara del paquete de reformas electorales la cláusula de gobernabilidad para evitar que su partido, el Panal, se quedara sin sus diputados plurinominales. Hoy, el Panal tiene seis diputados en el Congreso mexiquense, dos menos que la bancada del PRD. Los votos de los legisladores del Panal fueron indispensables para lograr la mayoría calificada en la contrarreforma electoral de Peña Nieto.
Al igual que Salinas, Gordillo coqueteó con la posibilidad de apoyar al empresario Carlos Hank Rohn como candidato a la gubernatura del Estado de México en 2011. Su propósito: lograr mejores condiciones de negociación con Peña Nieto, según confirmaron a Proceso distintas fuentes.
Extractos del reportaje principal que se publica en la edición 1770 de la revista Proceso, ya en circulación.