El episodio de una nueva ejecución al estilo de la mafia en Ciudad Obregón no terminó con la muerte de dos personas la noche del martes.

Todavía en la mañana del miércoles, una persona que al parecer escapó de la balacera, presuntamente con una pierna herida, volvía a la vida tras esconderse en una casa de la calle Puebla.

Según se informó, en la balacera registrada por las calles Hidalgo y Puebla a las 21:30 horas del martes, resultaron muertos Joaquín Beltrán Rubio, de 49 años, y su hijo Joaquín Alberto Beltrán Mendívil, de 24.

Ambos tenían su domicilio por la calle Coahuila 1827, en la colonia San Francisco, en el municipio de Ahome, Sinaloa, se indicó.

Pero rastros de sangre seguidos por la Policía indicaban que al parecer una tercera persona resultó herida en el tiroteo y que escapó por el callejón Cuba hasta llegar de nuevo a la calle Puebla, entre Allende y Náinari.

Según algunas personas, el herido logró esconderse en una vivienda donde los perros le ladraban pero los agentes policiacos que seguían el rastro no lo ubicaron.

Al parecer durante la mañana algunas personas vieron salir al herido, que vestía una camisa blanca con rayas azules, pantalón de mezclilla y tenis, pero cojeaba, por lo que se presume que la herida la llevaba en una pierna.

Se dice que abordó un taxi en la esquina de Puebla y Allende y escapó con rumbo desconocido, pero en la Procuraduría de Justicia se indicó que no se sabe de un sobreviviente.

Mientras tanto, la camioneta Expedition de color azul en la que presuntamente viajaban los sicarios fue encontrada quemándose por las calles Cajeme y Álamos, en la colonia Noroeste, y los vecinos dijeron que se escuchó cómo explotaban balas al interior de la unidad.

Se trataba de una vagoneta en la que encontraron dos cargadores para fusil AK 47, dos cargadores para pistola calibre 38 super, así como varios casquillos calibre 7.62 por 39 milímetros y 7.62 por 51 milímetros, los cuales estaban calcinados en su totalidad.