Venden caro su amor
Agentes de policía detuvieron a dos bellas y exuberantes damitas acusadas de robar a dos inocentes hombrecillos con los que compartieron cuarto en el hotel Boulevard, de calle 200 y Tehuantepec.
¿Qué hacían allí? Pues se reunieron para ver la tele, ya que esos cuartos tienen camas muy cómodas, espejos en el techo y sillones nuevecitos, aunque la marca de jabón que ponen en el baño es muy corriente.
Como sucede en estos casos, el reporte policíaco da pelos y señales de las detenidas, sus nombres completos, una es Esmeralda y la otra Alejandra, y por supuesto las direcciones de ambas, por si usted quiere ir a platicar con ellas.
La Esme y la Ale llevaban dos celulares y una tarjeta de crédito, objetos pertenecientes a sus clientes. Ellas alegan que los susodichos clientes les regalaron los teléfonos con el propósito de mantener un contacto permanente con ellos, como si fueran novios.
Los nombres de las inocentes víctimas nos los reservamos por no poner en riesgo su integridad física (son casados).
“Ya llegué” para el Juan
A Juan López Zamudio (36), con domiciliado en calle Alondra 521, se le prepara un “Ya llegué” en el Cereso.
A él se le acusa de enseñar sus partes innobles a una menor de edad.
Cuando lo detuvieron explicó que en realidad se estaba fajando los pantalones porque tenía un problema en las vías urinarias y mientras hacía eso casualmente llamó a la niña para preguntarle algo.
A pesar de su justificación Juan fue detenido y turnado a la instancia correspondiente que podría enviarlo al Cereso, donde algunos chicos le preparan un “Ya llegué”.
Se convierte en estadística
Julio César Lucero Ruiz (19) pasó a formar parte de las estadísticas del programa “Cajeme Seguro”, en el rubro de conductores punibles detenidos.
Agentes preventivos lo detuvieron cuando conducía a exceso de velocidad y en estado de ebriedad su automóvil Chevrolet 1990, por las calles de la colonia Benito Juárez.
Al ser detenido trató de escapar golpeando a los agentes Eduardo Ruiz y Armando Sallard, quienes presentaron contunsiones en sus respectivas bocas.
¿Por qué Julio les pegó en la boca? ¿Acaso lo querían morder? Julio debe pagar su fechoría.
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